
Me encontraba yo el otro día en la consulta del médico de cabecera, a ver si me hacía caso con mi pequeño problema de salud.
Como debía estar muy ocupada la médico, me recibió una hora y media después de la hora que ponía en mi papelito de la cita. No estuvo del todo mal.
Conocí a una señora que toma sintrón, que tiene un marido que también toma sintrón, y la enfermera va a su casa a sacarles sangre, y ella la invita a café con pastas. De paso, conocí a la enfermera, que volvía de sacar sangre por esos mundos de dios, y que llevaba una ropa horrible y unas gafas chillonas. Decididamente, las enfermeras de mi ciudad natal visten mucho mejor que las de mi ciudad de adopción.
También conocí a una monja, que iba a acompañar a una misionera, recién llegada de Sudamérica, y que iba a hacerse un chequeo. A esas dos luego me las encontré en la junta municipal, en la cola del censo. Y se ofrecieron a colarme y todo… Claro, tienen que hacer obras de caridad!
También había un panchito enorme, que nos fastidió la conversación de “es una vergüenza lo de los inmigrantes, que vienen a nuestro país, y usan nuestros médicos”, que a mí me gusta tanto… Claro, el tipo era muy grande, y la del sintrón decidió que iba a dejar el tema. Yo se lo agradecí mucho, porque si había que soltar adrenalina dándole a alguien un bofetón, tenía yo todas las papeletas. La del sintrón estaba a mi lado, tenía 80 años, y no es plan de darle un sopapo. La casi treintañera de su lado (yo) hubiera sido una opción más aceptable. El pack monja-misionera miraba al techo, y la china de la cola aparecía y desaparecía intermitentemente, así que no contaba.
Después de la amigable charla con mis compañeros de cola, me tocó el turno.
La médico dijo que no tenía nada. Eso me tocó las narices.
Saqué mi historia completa, y la médico se la tuvo que leer y rectificar. Eso, le tocó la moral.
Después de tanto tocamiento, procedió a darme volantes para pruebas (¿por qué los volantes se llamarán volantes? ¿No deberían llamarse “el papelito con el que te vas a tener que pasear por todo el servicio sanitario durante una mañana hasta que alguien se digna a hacerte caso para darte hora… y otro volante”??). Además de papelitos para pruebas, me recetó media farmacia “porsiaca”, y me dio dos recomendaciones homeopáticas: Tomar una infusión que se llama “hespenosequé”, y muchos arándanos…
La infusión la compras en la farmacia y perfecto. No sé si hará efecto, pero por si acaso…
Los arándanos hay que irse a “tiendas especializadas”. O sea, herbolarios.
Tú entras al herbolario, y es entrar en el mundo mágico de los botecitos y los nombres raros de moda, como tofu, por ejemplo. Además, en los herbolarios se produce la multiplicación de los panes y los peces, y la colitis de tarjeta de crédito. Básicamente, tú vas a comprar una cosa (por ejemplo, zumo de arándanos), y sales con 37 (zumo de arándanos de dos marcas distintas, arándanos en pastillas, arándanos en infusión, una hierba que viene muy bien para todo, 3 infusiones adelgazantes, unas gotas de vitaminas, galletas de fibras con arándanos, mermelada de arándanos natural sin azúcar, pastillas de extracto de zanahorias para ponerse moreno… y, por supuesto, tofu, que ya que estamos habrá que probarlo). Además, las cosas en los herbolarios no son baratas… aquí llega la colitis (¡Cómo es posible que medio litro de zumo cueste 6 mauros!!!).
Salí yo hiper feliz de la herboristería, dejando una dependienta más feliz que yo, frotándose las manos con avaricia… “esta fijo que vuelve, es una consumista homeópata en crisis de los 30”. Que las dependientas de las herboristerías saben esas cosas nada más mirarte el fondo del iris del ojo, o nosequé que miran ellas…
Llegué a casa con mis mil cosas de arándanos, decidida a que “por arándanos no va a ser”, y esos días basé mi dieta en el arándano.
El fin de semana, lo pasé con mis amiguetes, en una casa rural, así que no era plan de obligar a hacer barbacoa de arándanos… me tomé las pastis y tan contenta.
Ayer lunes, cuando salí de la oficina, decidí ir al hipermercado de al lado de mi hotel, a atracar la zona de herboristería y seguir con mi dieta de arándanos. Y allí estaba yo, feliz, entre estanterías enormes con miles de millones de cosas, buscando zumo, pastis y otras cosas con arándanos. Y descubrí unas cuantas cosas:
1. La herboristería de al lado de mi piso está mejor surtida, y tiene más cosas con arándanos
2. La menopausia femenina tiene muchos remedios homeópatas
3. No hay zumo de arándanos en el hipermercado, no como en mi herboristería.
4. Hay batidos y galletas sustitutivas de comidas de 4 marcas distintas
5. Los arándanos se deben esconder en la parte de arriba y atrás de las estanterías.
6. El zumo de zanahoria tiene buena pinta, pero el de ciruela no.
7. Me alegro de tener que beber zumo de arándanos y no de ciruela
8. Hay más de 15 productos distintos para conseguir un vientre plano. Los 15 tienen nombres estúpidos
9. La de mi herboristería si que sabe. Compra muchos productos con arándanos, no como estos cutres, que no tienen ni uno.
10. Cuando llevas más de media hora delante de los productos dietéticos y naturales, la gente se mosquea y te mira con cara de “seguro que esta come tofu”
Total, que me fui a buscar arándanos por otro lado… Y después de muchos paseos por el hiper, descubrí que:
1. Algunos zumos con antioxidantes de los que anuncian por la tele tienen arándanos. Escogí uno de “manzana, piña, grosella y arándanos” y otro de “piña, papaya y arándanos”
2. El zumo de “frutas del bosque” no tiene arándanos, ni grosellas… solo moras y fresa… ¡que no os engañen!
3. Existen yogures con arándanos. Los de arándanos y fresas están más ricos que los de arándanos solos, pero seguro que no son tan efectivos.
4. La frutería del hiper no tiene arándanos frescos. Sólo fresas. Y eran muy caras
5. Los caramelos de “frutas del bosque” tampoco tienen arándanos, es más, algunos tienen papaya. Yo no he visto muchas papayas por el bosque. Pero igual es que no me fijo. O que los caramelos eran de “frutas del bosque tropical”
6. Mi herboristería si que es buena. Encuentras 10 productos con arándano en menos de 3 minutos, no como aquí, que llevo dos horas.
Y me fui a la caja. Con dos botes de zumo antioxidante, unos yogures de arándanos, 3 litros de agua, barras de cereales con arándanos y unos bollos con arándanos. Todo muy sano. Y con mucho arándano.
Necesito encontrar una herboristería de cabecera aquí, lo de encontrar arándanos en un supermercado es muy difícil y lleva mucho tiempo. Y, además, no tienen tofu.
Como debía estar muy ocupada la médico, me recibió una hora y media después de la hora que ponía en mi papelito de la cita. No estuvo del todo mal.
Conocí a una señora que toma sintrón, que tiene un marido que también toma sintrón, y la enfermera va a su casa a sacarles sangre, y ella la invita a café con pastas. De paso, conocí a la enfermera, que volvía de sacar sangre por esos mundos de dios, y que llevaba una ropa horrible y unas gafas chillonas. Decididamente, las enfermeras de mi ciudad natal visten mucho mejor que las de mi ciudad de adopción.
También conocí a una monja, que iba a acompañar a una misionera, recién llegada de Sudamérica, y que iba a hacerse un chequeo. A esas dos luego me las encontré en la junta municipal, en la cola del censo. Y se ofrecieron a colarme y todo… Claro, tienen que hacer obras de caridad!
También había un panchito enorme, que nos fastidió la conversación de “es una vergüenza lo de los inmigrantes, que vienen a nuestro país, y usan nuestros médicos”, que a mí me gusta tanto… Claro, el tipo era muy grande, y la del sintrón decidió que iba a dejar el tema. Yo se lo agradecí mucho, porque si había que soltar adrenalina dándole a alguien un bofetón, tenía yo todas las papeletas. La del sintrón estaba a mi lado, tenía 80 años, y no es plan de darle un sopapo. La casi treintañera de su lado (yo) hubiera sido una opción más aceptable. El pack monja-misionera miraba al techo, y la china de la cola aparecía y desaparecía intermitentemente, así que no contaba.
Después de la amigable charla con mis compañeros de cola, me tocó el turno.
La médico dijo que no tenía nada. Eso me tocó las narices.
Saqué mi historia completa, y la médico se la tuvo que leer y rectificar. Eso, le tocó la moral.
Después de tanto tocamiento, procedió a darme volantes para pruebas (¿por qué los volantes se llamarán volantes? ¿No deberían llamarse “el papelito con el que te vas a tener que pasear por todo el servicio sanitario durante una mañana hasta que alguien se digna a hacerte caso para darte hora… y otro volante”??). Además de papelitos para pruebas, me recetó media farmacia “porsiaca”, y me dio dos recomendaciones homeopáticas: Tomar una infusión que se llama “hespenosequé”, y muchos arándanos…
La infusión la compras en la farmacia y perfecto. No sé si hará efecto, pero por si acaso…
Los arándanos hay que irse a “tiendas especializadas”. O sea, herbolarios.
Tú entras al herbolario, y es entrar en el mundo mágico de los botecitos y los nombres raros de moda, como tofu, por ejemplo. Además, en los herbolarios se produce la multiplicación de los panes y los peces, y la colitis de tarjeta de crédito. Básicamente, tú vas a comprar una cosa (por ejemplo, zumo de arándanos), y sales con 37 (zumo de arándanos de dos marcas distintas, arándanos en pastillas, arándanos en infusión, una hierba que viene muy bien para todo, 3 infusiones adelgazantes, unas gotas de vitaminas, galletas de fibras con arándanos, mermelada de arándanos natural sin azúcar, pastillas de extracto de zanahorias para ponerse moreno… y, por supuesto, tofu, que ya que estamos habrá que probarlo). Además, las cosas en los herbolarios no son baratas… aquí llega la colitis (¡Cómo es posible que medio litro de zumo cueste 6 mauros!!!).
Salí yo hiper feliz de la herboristería, dejando una dependienta más feliz que yo, frotándose las manos con avaricia… “esta fijo que vuelve, es una consumista homeópata en crisis de los 30”. Que las dependientas de las herboristerías saben esas cosas nada más mirarte el fondo del iris del ojo, o nosequé que miran ellas…
Llegué a casa con mis mil cosas de arándanos, decidida a que “por arándanos no va a ser”, y esos días basé mi dieta en el arándano.
El fin de semana, lo pasé con mis amiguetes, en una casa rural, así que no era plan de obligar a hacer barbacoa de arándanos… me tomé las pastis y tan contenta.
Ayer lunes, cuando salí de la oficina, decidí ir al hipermercado de al lado de mi hotel, a atracar la zona de herboristería y seguir con mi dieta de arándanos. Y allí estaba yo, feliz, entre estanterías enormes con miles de millones de cosas, buscando zumo, pastis y otras cosas con arándanos. Y descubrí unas cuantas cosas:
1. La herboristería de al lado de mi piso está mejor surtida, y tiene más cosas con arándanos
2. La menopausia femenina tiene muchos remedios homeópatas
3. No hay zumo de arándanos en el hipermercado, no como en mi herboristería.
4. Hay batidos y galletas sustitutivas de comidas de 4 marcas distintas
5. Los arándanos se deben esconder en la parte de arriba y atrás de las estanterías.
6. El zumo de zanahoria tiene buena pinta, pero el de ciruela no.
7. Me alegro de tener que beber zumo de arándanos y no de ciruela
8. Hay más de 15 productos distintos para conseguir un vientre plano. Los 15 tienen nombres estúpidos
9. La de mi herboristería si que sabe. Compra muchos productos con arándanos, no como estos cutres, que no tienen ni uno.
10. Cuando llevas más de media hora delante de los productos dietéticos y naturales, la gente se mosquea y te mira con cara de “seguro que esta come tofu”
Total, que me fui a buscar arándanos por otro lado… Y después de muchos paseos por el hiper, descubrí que:
1. Algunos zumos con antioxidantes de los que anuncian por la tele tienen arándanos. Escogí uno de “manzana, piña, grosella y arándanos” y otro de “piña, papaya y arándanos”
2. El zumo de “frutas del bosque” no tiene arándanos, ni grosellas… solo moras y fresa… ¡que no os engañen!
3. Existen yogures con arándanos. Los de arándanos y fresas están más ricos que los de arándanos solos, pero seguro que no son tan efectivos.
4. La frutería del hiper no tiene arándanos frescos. Sólo fresas. Y eran muy caras
5. Los caramelos de “frutas del bosque” tampoco tienen arándanos, es más, algunos tienen papaya. Yo no he visto muchas papayas por el bosque. Pero igual es que no me fijo. O que los caramelos eran de “frutas del bosque tropical”
6. Mi herboristería si que es buena. Encuentras 10 productos con arándano en menos de 3 minutos, no como aquí, que llevo dos horas.
Y me fui a la caja. Con dos botes de zumo antioxidante, unos yogures de arándanos, 3 litros de agua, barras de cereales con arándanos y unos bollos con arándanos. Todo muy sano. Y con mucho arándano.
Necesito encontrar una herboristería de cabecera aquí, lo de encontrar arándanos en un supermercado es muy difícil y lleva mucho tiempo. Y, además, no tienen tofu.
9 comentarios:
Flipa. Acabo de descubrir que hay dos tipos de arándanos. A todos se les llama arándanos en castellano, pero cada uno tiene un nombre distinto en inglés. A saber: blueberry (o bilberry) y cranberry. Cada uno con su uso.
Llevo comiendo bluberries en todas las formas posibles, y cranberries en pastillas. Las bluberries no sirven para mi problema. Estas cosas sólo me pasan a mí...
Eso si, no me voy a oxidar nunca jamás de los jamases... he comido bluberries por mí y por todos mis compañeros...
A ver dónde narices encuentro yo cranberries a estas horas...
(Buscaré en la Fnac. Fijo que también viene bien oir el disco...)
Con los crepes del finde sí que podías haber usado la mermelada de burberrys esa. No te hubiera pedido que invitaras, que sale a precio de bogavante.
F.R.
Cranberries, que son las buenas...
Con la que montásteis con el chocolate y las tortitas, no quiero saber qué habríais hecho con unos arándanos...
Un postre de lujo, un desayuno más de lujo todavía... os voy a contratar para todos mis viajes... jejejeje!
Para la siguiente, os encargáis vosotros del bugre :P
Mi muy estimado Ll.
Acabo de eliminar el comentario que hiciste porque mencionas mi bonito nombre, y este blog es ligeramente anónimo...
A continuación reproduzco lo que escribiste...
Las vacaciones van de fábula... nos vemos pronto!
Buenas (aqui mi nombre, o sea, Txanogorritxo),
Espero que tus vacaciones vayan de fabula.
Seguiremos con tus clases de catalan:
Arandanos en catalan se dice "gerds".
Saludos y buenas vacaciones
Ll
Hola Txa,
¿Vale usar C... R... o hay que usar Txanogorritxo?.
(Juro que es curiosidad, que no es cachondeo)
F.R.
(Vale, vale, usaré Txa(nogorritxo), que no quiero que me borres)
Bien, bien... así me gusta... siendo un poquito incisivos con los comentarios...
F. R., me puedes llamar como mejor te plazca... siempre que utilices un apelativo cariñoso! Juas!
nooooooo,gerds en catalan ès la frambuesa.los arandanos son los Nabiu
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