Buscar este blog

jueves, diciembre 18, 2008

Los pesados...

Según mi querida amiga I, mi sobrenombre es, claramente, “la defensora de las causas perdidas”. Según mi padre “la digna sucesora de Teresa de Calcuta”.
No sé si es que me ven como una monja, o como una buenaza… pensemos bien, y decantémonos por lo segundo…
La razón (merecida) de estos apodos, es la habilidad innata para acoger que me caracteriza. No hablo de perros o gatos perdidos (lo de los animales no me llena demasiado… una vez tuve un pez, pero eso ya es otra historia…).
Hablo de la gente. Mi hermano lo llama “empatía”. Soy materialmente incapaz de ver a alguien apartado, o pasándolo mal, o tímido, o no integrado, y no “correr” en su auxilio. Y es muy posible que la persona “rescatada” en realidad esté la mar de a gusto, y que lo que menos quiera es que yo le “ayude” de algún modo… que no se yo si es ayuda. Pero no puedo evitarlo. Me salta un resorte interior, y allí estoy trabando conversación, hablando sobre el tiempo, o sobre lo que tercie.
Y así he conocido a gente estupenda… al famoso violinista, al técnico de radio, al curioso compañero de clase, a muchos otros… así que ni tan mal.
(Debo mencionar en este momento, que el adjetivo “estupendo” no lo comparte todo el mundo… hay unas excepciones bastante sonadas en las que mis amigos “se niegan” a estar con alguna persona en cuestión porque dicen que, cito literalmente, “le aguante su madre”. I y J aún me recuerdan cuando quedamos… ese grandioso momento en el café di roma, que algún día contaré en este “nuestro” blog…).
En cualquier caso, este post versa sobre la excepción a esta regla. Precisamente.
Hay casos en los que tengo empatía cero, y soy hasta maleducada.
Las excepciones conocidas a la norma son:
- Los que te intentan vender algo por teléfono.
- Los compañeros pesados de viaje.
A los primeros no los puedo soportar. ¡Y eso que mi primo estuvo trabajando de operador! Pierdo la paciencia en el tercer segundo. Y es curioso. Los que van a hacer una encuesta no me molestan (suelo pensar “pobres”, suspiro, y me tiro media hora respondiendo). Es sólo si me quieren vender algo.
Tarjetas de crédito, teléfonos móviles, seguros… cuelgo al tercer segundo. Antes, además, con un educado “gracias no estoy interesada” se daban por vencidos, te daban las gracias y cortaban. Pero ahora no. Deben cobrar por número de unidades vendidas, así que te fríen…
El ampliamente recordado caso de la tarjeta de crédito todavía hace que mis amigas se rían.
Tengo una voz por teléfono normalmente… llamémoslo “dulce”.
En esta ocasión, mis amigas vieron como cogía el teléfono, respondía “dulcemente” un “diga”, se me cambiaba la cara (según ellas), con voz de monstruo respondía “no”, con voz de monstruo cabreado respondía “no, gracias” y con voz de sitellegoatenerdelantetemachaco respondía “no, y no quiero, y no me va a convencer, y como estamos perdiendo su tiempo y el mío, le comunico que voy a colgar”. Y claro, colgué. ¡Es que no puedo evitarlo! Creo que con repetir dos veces que no estoy interesada en las ventajas de la tarjeta es más que suficiente… Además funciona. No vuelven a llamar.

En el segundo caso… soy más tolerante, pero poco más. Compañeros de autobús que huelen mal, compañeros de avión que van con 50 maletas/bolsas de mano y te desgracian el viaje… y los mejores: los que te cuentan la vida/cotillas.
Tú intentando dormir y la otra persona dando conversación.
Que quede claro: en los viajes no se habla. Se puede comentar algo en voz baja, en plan cine. Si te has comprado la cuore y vas con tus amigas, puedes señalar una foto y reír con discreción. Pero ya está.
No se grita, no se baila, no se aplaude cuando el piloto aterriza, y, por supuesto, no se le hacen preguntas personales a la persona que tienes al lado. “Verá, señora, el hecho de que el ordenador haya decidido que su sitio va al lado del mío, no le da derecho a preguntarme si estoy casada, si tengo hijos, en qué trabajo, qué como, a dónde voy y por qué voy allí.” Básicamente, ¡yo no le pregunto esas cosas a la gente que me encuentro en el ascensor! ¿Alguien lo haría?
Así que me he convertido en una borde. Y esa es la solución para los viaje-pesados.
Miras al “pesado” (le conozcas o no). Sonríes. Te pones los cascos y miras hacia otro lado. ¡Y ya está! Quedas como un borde, pero no te dan el viaje…
Y si llegan al punto de desfachatez de darte golpecitos para que les hagas caso, o ves que sus labios se siguen moviendo (¡porque te siguen hablando!). Pasas al nivel 2. Y te colocas la máscara para dormir, o en su defecto las gafas de sol. Y aquí paz y después gloria.
Que como le dije a I en aquel viaje, “a mi ésta no me fastidia el vuelo”. Miré a la pija que intentaba trabar conversación, le solté un “no me interesa”, me coloqué los cascos y las gafas de sol, y a dormir se ha dicho.
Pues buena soy yo…

Animo con esos transbordos, Sa. Cuando vengas te pasaré mi máscara. Por si vuelves con una pesada… ;)


martes, diciembre 16, 2008

Pequeña guia de Barcelona

Esta "pequeña guía" me la pedís a menudo... no sé por qué... jur jur jur!
Pequeñas rutas por Barcelona.
Para pequeñas salidas nocturnas, me llamáis (que seguro que me apunto)
Y para restaurantes, pues me avisáis y os mando "mi super excel". A ver si pensáis que no soy friki...

(Para vagos y resacosos, recordar que el bus turístico es espectacular en estos casos… Se puede pillar desde plaza de cataluña. El oficial es el mejor. 20 euros. Si se visita algo, mirar el librito de descuentos que vienen un montón!).

La Ruta “básica” (Ramblas, Colón, Gótico, Born)
Dura entre 2 y 4 horas, dependiendo de si se ve todo (o no se ve), de la prisa, y del número de paradas… Se puede comer en medio (o cenar, o lo que sea…). No está incluido dentro del tiempo de recorrido.
Salida: Plaza de Cataluña.
Llegada: Plaza de Cataluña.

Se empieza en plaza de Cataluña. Se puede explicar que es el “centro neurálgico” de la ciudad. Ver los edificios, las estatuas de la plaza (se colocaron para la exposición universal de 1929) etc.
Se va a las ramblas. (Canaletas – Estudis – Sant Josep – Caputxins – Santa Mónica).
Dentro de las ramblas cabe mencionar / parar:
· Típicos “artistas” y mimos.
· Tiendas de flores, animales
· Mercado de San José (“La boquería”)
· El Liceo
· Los pintores callejeros
· Si se ha leído “la sombra del viento”, entrar al Raval para ver el cementerio de los libros olvidados.
· El bosque de las hadas (entrando al museo de cera, justo al lado. Al menos verlo. Si se quiere, tomar algo)
· Espectáculos de música
· Colón.
En cualquier punto de las Ramblas, se puede entrar bien al lado del Raval (las tiendas de productos rusos, los kebabs y las de dulces árabes son muy chulas), o dejar de bajar y entrar ya hacia el gótico.

En la ida hacia el gótico se debería pasar por la plaza Reial, subir por la calle Ferran hasta la plaza de Jaume I, ver allí la generalitat y el ayuntamiento. En la plaza está la oficina de información y turismo, por si se quiere un mapa de gratis…
De la plaza se puede ir directamente al Borne, o pasar por el gótico.
Si se quiere pasar por el gótico, subir por la calle del Bisbe hasta la plaza de la catedral, ver la catedral, subir por la calle Comtes (el museo Frederic Marès está allí… es muy curioso. Tiene una cafetería dentro en un patio. Se está agradable –no hay que pagar para tomarse algo en la cafetería- ).Ver la plaza del Rey, bajar por la calle del Veguer hasta la calle Jaume I y de alli cruzar la via Laietana y pasar al Borne.
Ir por la calle de Argentería hasta la iglesia de santa maria del mar (“la catedral del mar”). En una placita antes hay varios garitos de tapeo para picar algo. Ver la iglesia, el paseo del Borne. En el paseo hay unos cuantos sitios para comer, y bastantes de tomar copas. Si se come ahí, se puede querer ir a tirarse después un rato “de siesta” al parque de la ciudadela. En ese caso, al final del paseo, a la derecha, subir por la calle de la Ribera y pasar el paseo Picasso. Al lado está la estación de Francia. Está chula dentro. Si se quiere después, volver hasta la iglesia para ver la calle montcada. Si no, subir por la calle Princesa.

Desde la iglesia, si no, subir por la calle montcada. (Nada más entrar a la izda. está la “Xampaneria”, bastante mítica. Se pueden pedir raciones/bocatas y algo para beber. Suele estar llenísimo!
Más adelante está el museo picasso, el de arte precolombino y el textil. En la entrada del textil, en el patio interior, hay una cafetería con terraza la mar de cuca.
Seguir hasta la calle Princesa. Si no se tiene tiempo, subir hasta via laietana. Si sí se tiene, callejear hasta el mercado de Santa Caterina. El tejado es espectacular. Ir luego hasta via Laietana y la plaza de la catedral.

Ver la catedral, ir hacia el portal del angel. Se puede tomar algo en la terraza del círculo de artistas (un poco caro pero no está mal).
Subir por el portal del angel. Si se tiene tiempo, en la calle Montsió (a la derecha) está la taberna de “els Quatre cats”, bastante mítica, donde se reunían los artistas de Barcelona a finales del XIX y todo el XX (incluido Picasso!!). Si se ha leído la sombra del viento, es imprescindible…

Se sigue por el portal del angel y se llega a plaza Cataluña.


La Ruta de “los edificios” (Paseo de Gracia )

Subir desde plaza de Cataluña por todo el paseo de gracia. Especial mención a la casa Batló, y a la pedrera.
Justo en la esquina de diagonal, se puede decidir ir a dar una vuelta por Gracia, o acercarse a la sagrada familia (si se quiere ver más de Gaudí!). Para ir a la sagrada familia, pillar el metro en la parada de diagonal (está a 2 minutos andando) pillar la línea 5 y bajarse en Sagrada Familia. Se tarda muy poco…

Gaudí

Lo que “merece la pena” de Gaudí en Barcelona es:
· La torre de Bellesguard (no se puede visitar por dentro y está pelín lejos… solo para super fans!)
· El colegio de las Teresianes (mmm sin más…)
· El parque Güell (Bus 129. metro linea 3 Vallcarca.)
· La casa Milà (la pedrera) (notamal. Si gusta gaudí, hay que pagar la entrada para ver la azotea…)
· La Sagrada Família (Las escuelas de la Sagrada familia) (ya se sabe…)
· La casa Batlló (jejejejejeje!)
· La casa Calvet (está en la calle casp. Sólo se puede ver por fuera. Si se está paseando por el paseo de gracia se puede acercar uno a echar un ojo…)

· El palacio Güell (al lado del liceo, en nou de la rambla 3)

Dedicada a los catalanes, a la guía del lonely planet, a la cantidad de gente que puede llegar a ocupar las ramblas, al maldito carterista que me desplumó en Urquinaona, al que me dejó unos eurillos para sobrevivir después de ser desplumada, a los restaurantes que cierran pronto, al chico del metro que reparte los periódicos, a los compis de curro y sus salidas nocturnas, a las paellas en la playita los domingos, a mardelpa y sus desayunos, a las chanclas, al bus turístico que me ha salvado de visitas con resaca, al aeropuerto del Prat, a la panadería del Raval, a la taberna Irati y sus pinchitos, a Andrés y sus paseos. Y sobre todo a mi ventana. Los amaneceres y anocheceres me alegran la vista todos los días... :)