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jueves, diciembre 18, 2008

Los pesados...

Según mi querida amiga I, mi sobrenombre es, claramente, “la defensora de las causas perdidas”. Según mi padre “la digna sucesora de Teresa de Calcuta”.
No sé si es que me ven como una monja, o como una buenaza… pensemos bien, y decantémonos por lo segundo…
La razón (merecida) de estos apodos, es la habilidad innata para acoger que me caracteriza. No hablo de perros o gatos perdidos (lo de los animales no me llena demasiado… una vez tuve un pez, pero eso ya es otra historia…).
Hablo de la gente. Mi hermano lo llama “empatía”. Soy materialmente incapaz de ver a alguien apartado, o pasándolo mal, o tímido, o no integrado, y no “correr” en su auxilio. Y es muy posible que la persona “rescatada” en realidad esté la mar de a gusto, y que lo que menos quiera es que yo le “ayude” de algún modo… que no se yo si es ayuda. Pero no puedo evitarlo. Me salta un resorte interior, y allí estoy trabando conversación, hablando sobre el tiempo, o sobre lo que tercie.
Y así he conocido a gente estupenda… al famoso violinista, al técnico de radio, al curioso compañero de clase, a muchos otros… así que ni tan mal.
(Debo mencionar en este momento, que el adjetivo “estupendo” no lo comparte todo el mundo… hay unas excepciones bastante sonadas en las que mis amigos “se niegan” a estar con alguna persona en cuestión porque dicen que, cito literalmente, “le aguante su madre”. I y J aún me recuerdan cuando quedamos… ese grandioso momento en el café di roma, que algún día contaré en este “nuestro” blog…).
En cualquier caso, este post versa sobre la excepción a esta regla. Precisamente.
Hay casos en los que tengo empatía cero, y soy hasta maleducada.
Las excepciones conocidas a la norma son:
- Los que te intentan vender algo por teléfono.
- Los compañeros pesados de viaje.
A los primeros no los puedo soportar. ¡Y eso que mi primo estuvo trabajando de operador! Pierdo la paciencia en el tercer segundo. Y es curioso. Los que van a hacer una encuesta no me molestan (suelo pensar “pobres”, suspiro, y me tiro media hora respondiendo). Es sólo si me quieren vender algo.
Tarjetas de crédito, teléfonos móviles, seguros… cuelgo al tercer segundo. Antes, además, con un educado “gracias no estoy interesada” se daban por vencidos, te daban las gracias y cortaban. Pero ahora no. Deben cobrar por número de unidades vendidas, así que te fríen…
El ampliamente recordado caso de la tarjeta de crédito todavía hace que mis amigas se rían.
Tengo una voz por teléfono normalmente… llamémoslo “dulce”.
En esta ocasión, mis amigas vieron como cogía el teléfono, respondía “dulcemente” un “diga”, se me cambiaba la cara (según ellas), con voz de monstruo respondía “no”, con voz de monstruo cabreado respondía “no, gracias” y con voz de sitellegoatenerdelantetemachaco respondía “no, y no quiero, y no me va a convencer, y como estamos perdiendo su tiempo y el mío, le comunico que voy a colgar”. Y claro, colgué. ¡Es que no puedo evitarlo! Creo que con repetir dos veces que no estoy interesada en las ventajas de la tarjeta es más que suficiente… Además funciona. No vuelven a llamar.

En el segundo caso… soy más tolerante, pero poco más. Compañeros de autobús que huelen mal, compañeros de avión que van con 50 maletas/bolsas de mano y te desgracian el viaje… y los mejores: los que te cuentan la vida/cotillas.
Tú intentando dormir y la otra persona dando conversación.
Que quede claro: en los viajes no se habla. Se puede comentar algo en voz baja, en plan cine. Si te has comprado la cuore y vas con tus amigas, puedes señalar una foto y reír con discreción. Pero ya está.
No se grita, no se baila, no se aplaude cuando el piloto aterriza, y, por supuesto, no se le hacen preguntas personales a la persona que tienes al lado. “Verá, señora, el hecho de que el ordenador haya decidido que su sitio va al lado del mío, no le da derecho a preguntarme si estoy casada, si tengo hijos, en qué trabajo, qué como, a dónde voy y por qué voy allí.” Básicamente, ¡yo no le pregunto esas cosas a la gente que me encuentro en el ascensor! ¿Alguien lo haría?
Así que me he convertido en una borde. Y esa es la solución para los viaje-pesados.
Miras al “pesado” (le conozcas o no). Sonríes. Te pones los cascos y miras hacia otro lado. ¡Y ya está! Quedas como un borde, pero no te dan el viaje…
Y si llegan al punto de desfachatez de darte golpecitos para que les hagas caso, o ves que sus labios se siguen moviendo (¡porque te siguen hablando!). Pasas al nivel 2. Y te colocas la máscara para dormir, o en su defecto las gafas de sol. Y aquí paz y después gloria.
Que como le dije a I en aquel viaje, “a mi ésta no me fastidia el vuelo”. Miré a la pija que intentaba trabar conversación, le solté un “no me interesa”, me coloqué los cascos y las gafas de sol, y a dormir se ha dicho.
Pues buena soy yo…

Animo con esos transbordos, Sa. Cuando vengas te pasaré mi máscara. Por si vuelves con una pesada… ;)


martes, diciembre 16, 2008

Pequeña guia de Barcelona

Esta "pequeña guía" me la pedís a menudo... no sé por qué... jur jur jur!
Pequeñas rutas por Barcelona.
Para pequeñas salidas nocturnas, me llamáis (que seguro que me apunto)
Y para restaurantes, pues me avisáis y os mando "mi super excel". A ver si pensáis que no soy friki...

(Para vagos y resacosos, recordar que el bus turístico es espectacular en estos casos… Se puede pillar desde plaza de cataluña. El oficial es el mejor. 20 euros. Si se visita algo, mirar el librito de descuentos que vienen un montón!).

La Ruta “básica” (Ramblas, Colón, Gótico, Born)
Dura entre 2 y 4 horas, dependiendo de si se ve todo (o no se ve), de la prisa, y del número de paradas… Se puede comer en medio (o cenar, o lo que sea…). No está incluido dentro del tiempo de recorrido.
Salida: Plaza de Cataluña.
Llegada: Plaza de Cataluña.

Se empieza en plaza de Cataluña. Se puede explicar que es el “centro neurálgico” de la ciudad. Ver los edificios, las estatuas de la plaza (se colocaron para la exposición universal de 1929) etc.
Se va a las ramblas. (Canaletas – Estudis – Sant Josep – Caputxins – Santa Mónica).
Dentro de las ramblas cabe mencionar / parar:
· Típicos “artistas” y mimos.
· Tiendas de flores, animales
· Mercado de San José (“La boquería”)
· El Liceo
· Los pintores callejeros
· Si se ha leído “la sombra del viento”, entrar al Raval para ver el cementerio de los libros olvidados.
· El bosque de las hadas (entrando al museo de cera, justo al lado. Al menos verlo. Si se quiere, tomar algo)
· Espectáculos de música
· Colón.
En cualquier punto de las Ramblas, se puede entrar bien al lado del Raval (las tiendas de productos rusos, los kebabs y las de dulces árabes son muy chulas), o dejar de bajar y entrar ya hacia el gótico.

En la ida hacia el gótico se debería pasar por la plaza Reial, subir por la calle Ferran hasta la plaza de Jaume I, ver allí la generalitat y el ayuntamiento. En la plaza está la oficina de información y turismo, por si se quiere un mapa de gratis…
De la plaza se puede ir directamente al Borne, o pasar por el gótico.
Si se quiere pasar por el gótico, subir por la calle del Bisbe hasta la plaza de la catedral, ver la catedral, subir por la calle Comtes (el museo Frederic Marès está allí… es muy curioso. Tiene una cafetería dentro en un patio. Se está agradable –no hay que pagar para tomarse algo en la cafetería- ).Ver la plaza del Rey, bajar por la calle del Veguer hasta la calle Jaume I y de alli cruzar la via Laietana y pasar al Borne.
Ir por la calle de Argentería hasta la iglesia de santa maria del mar (“la catedral del mar”). En una placita antes hay varios garitos de tapeo para picar algo. Ver la iglesia, el paseo del Borne. En el paseo hay unos cuantos sitios para comer, y bastantes de tomar copas. Si se come ahí, se puede querer ir a tirarse después un rato “de siesta” al parque de la ciudadela. En ese caso, al final del paseo, a la derecha, subir por la calle de la Ribera y pasar el paseo Picasso. Al lado está la estación de Francia. Está chula dentro. Si se quiere después, volver hasta la iglesia para ver la calle montcada. Si no, subir por la calle Princesa.

Desde la iglesia, si no, subir por la calle montcada. (Nada más entrar a la izda. está la “Xampaneria”, bastante mítica. Se pueden pedir raciones/bocatas y algo para beber. Suele estar llenísimo!
Más adelante está el museo picasso, el de arte precolombino y el textil. En la entrada del textil, en el patio interior, hay una cafetería con terraza la mar de cuca.
Seguir hasta la calle Princesa. Si no se tiene tiempo, subir hasta via laietana. Si sí se tiene, callejear hasta el mercado de Santa Caterina. El tejado es espectacular. Ir luego hasta via Laietana y la plaza de la catedral.

Ver la catedral, ir hacia el portal del angel. Se puede tomar algo en la terraza del círculo de artistas (un poco caro pero no está mal).
Subir por el portal del angel. Si se tiene tiempo, en la calle Montsió (a la derecha) está la taberna de “els Quatre cats”, bastante mítica, donde se reunían los artistas de Barcelona a finales del XIX y todo el XX (incluido Picasso!!). Si se ha leído la sombra del viento, es imprescindible…

Se sigue por el portal del angel y se llega a plaza Cataluña.


La Ruta de “los edificios” (Paseo de Gracia )

Subir desde plaza de Cataluña por todo el paseo de gracia. Especial mención a la casa Batló, y a la pedrera.
Justo en la esquina de diagonal, se puede decidir ir a dar una vuelta por Gracia, o acercarse a la sagrada familia (si se quiere ver más de Gaudí!). Para ir a la sagrada familia, pillar el metro en la parada de diagonal (está a 2 minutos andando) pillar la línea 5 y bajarse en Sagrada Familia. Se tarda muy poco…

Gaudí

Lo que “merece la pena” de Gaudí en Barcelona es:
· La torre de Bellesguard (no se puede visitar por dentro y está pelín lejos… solo para super fans!)
· El colegio de las Teresianes (mmm sin más…)
· El parque Güell (Bus 129. metro linea 3 Vallcarca.)
· La casa Milà (la pedrera) (notamal. Si gusta gaudí, hay que pagar la entrada para ver la azotea…)
· La Sagrada Família (Las escuelas de la Sagrada familia) (ya se sabe…)
· La casa Batlló (jejejejejeje!)
· La casa Calvet (está en la calle casp. Sólo se puede ver por fuera. Si se está paseando por el paseo de gracia se puede acercar uno a echar un ojo…)

· El palacio Güell (al lado del liceo, en nou de la rambla 3)

Dedicada a los catalanes, a la guía del lonely planet, a la cantidad de gente que puede llegar a ocupar las ramblas, al maldito carterista que me desplumó en Urquinaona, al que me dejó unos eurillos para sobrevivir después de ser desplumada, a los restaurantes que cierran pronto, al chico del metro que reparte los periódicos, a los compis de curro y sus salidas nocturnas, a las paellas en la playita los domingos, a mardelpa y sus desayunos, a las chanclas, al bus turístico que me ha salvado de visitas con resaca, al aeropuerto del Prat, a la panadería del Raval, a la taberna Irati y sus pinchitos, a Andrés y sus paseos. Y sobre todo a mi ventana. Los amaneceres y anocheceres me alegran la vista todos los días... :)

jueves, noviembre 06, 2008

Home Burned Home

Abro un ojo. Ya están hablando estos en polaco por la radio. Miro el despertador. Son las siete y media. Cinco minutos más, mamá. Media vuelta en la cama. Tengo que levantarme. Media vuelta en la cama. Pf. ¿Y si no me ducho? Saco una pierna del edredón. Veeeeeenga.
Este es el orden de los acontecimientos mañaneros cualquier día de curro.
Abro un ojo. ¿Por qué no suena la radio? Miro el despertador. Son las seis y pico. ¿Por qué me he despertado? Me incorporo. ¿Por qué hay niebla en mi habitación? Huelo a humo. Que se quema mi casa!!!
Ese fue el orden de los acontecimientos mañaneros el otro día.
Evidentemente, pegué un bote, salí disparada por la puerta de la habitación, y comprobé que el salón también estaba lleno de humo. Tos.
Pasillo. Humo. Pero… aquí no hay fuego!
Cocina OK. Baño OK. (La ventaja de vivir en un mini sitio es que compruebas las cosas enseguida…).
Puerta de la entrada. Quieta parada. Recuerdo lo de las pelis de pirómanos que ponen los domingos por la tarde mientras plancho. Hay que tocar la puerta. Si está caliente, es que puede haber fuego fuera. Y no se debe abrir la puerta, porque puede hacer chimenea o algo así y te entra el fuego en casa. Bendita tele.
La puerta está la mar de caliente. No abro. Oigo a los bomberos fuera. Con walkie talkies. Mira tú. Si me quemo, al menos será con testigos…
Doy todas las luces de la casa. Para que se den cuenta de que aquí hay gente. Yo no sé cómo se me ocurren estas cosas. Pero no es una mala idea.
Vuelvo hacia el salón sin saber muy bien qué hacer.
A la altura de la cocina oigo los gritos. “Amparo! Amparo!”. Me empiezo a partir de risa. Me estoy imaginando a Pozi en el patio. “Amparo! Amparo!”. Señora, se dice “socorro”.
Me asomo al patio de la cocina. Y descubro varias cosas:
1.Mi vecina de arriba se llama Amparo
2.La vecina de enfrente-arriba se llama Puri, y se está desgañitando por la ventana la pobre mujer para que Amparo se asome.
3.El piso de debajo del mío se está quemando.
4.Hay muchos bomberos (eso ya lo sabía).
5.Como haya que evacuar vamos a flipar, porque no sé cómo narices me van a sacar de aquí (eso lo pensé yo solita)
6.Puri es un poquitín histérica.
Y después de semejante intercambio de información empieza a salir una nube inmensa de humo de la ventana de la cocina de la de abajo. Y, obviamente, decido meterme dentro de casa.
Y me doy cuenta de que estoy en pijama y zapatillas de andar por casa (cosa bastante normal dada la situación). ¿Y si tengo que salir del piso? Voy a ponerme unas zapatillas de verdad, que está lloviendo y me congelaría. Me decido por unas deportivas. Anda, y voy en pijama… ¿Me pongo ya el traje o unos vaqueros? Y me decido por los vaqueros, porque como los señores bomberos me rescaten en traje para ir al trabajo igual me hacen una ovación y vuelta al ruedo, después de levantar un monumento a la mayor adicta al trabajo conocida. O sea, yo.
Cuando me estoy quitando el pijama pienso en darme una duchita o algo. Espera. Como vengan los bomberos al rescate y me pillen en la ducha sí que voy a flipar. Mejor no. No me ducho.
Ya estoy vestida y vuelvo a oír la llamada de Amparo por el patio. Ya no hay mucho humo. Asomo de nuevo.
Puri está preocupada porque su hermano no le responde el teléfono. Normal, le decimos Amparo y yo. No son ni las siete de la mañana. La gente de bien a esta hora duerme.
Puri está empeñada en que los bomberos nos van a sacar a todos de nuestras casas y nos van a bajar por los balcones. Y eso que el bombero le ha dicho que tranquila, que ya han apagado el fuego y que sólo falta que no haya humo para poder salir. Aquí cada uno interpreta lo que quiere.
Y, encima, como ve que no me afecto mucho, y al parecer lo que Puri quiere es verme nerviosa, empieza a enumerar los problemas que tendrían para sacarme a mí. Y que a ver si se me quema la casa también. Eso sí, la que realmente está en peligro es ella…
Decido hacer algo más interesante. Me voy a la puerta de entrada a pegar la oreja a ver qué dicen los bomberos. Prometo informar a mis dos vecinas puntualmente si descubro algo.
Descubro humo y bomberos, y como eso ya lo sabían, pues no se lo conté.
Un bombero llama a la puerta para revisar mi casa. Mi fantasía a punto de cumplirse. Bomberazo de calendario por mi keli. Veintitantos, fuerte, bla bla bla… pena de no haber cambiado el pijama por un picardías o algo.
Abro la puerta. Bombero de cuarenta y tantos sin más. Mejor no llevar picardías. Tiene unos pies enormes, y va dejando huellas de ceniza por toda mi casa. Me recomienda dejar las ventanas abiertas para que se vaya el olor a humazo. Me planteo pedirle una foto, para luego quede constancia. Decido que mejor que no, a ver qué se va a pensar este hombre. En lugar de eso pregunto cuándo podré salir a trabajar. Me dice que en cosa de una hora seguro. Encima no voy a llegar tarde…
Salgo a contarles todo a Puri y Amparo. Ya somos como amigas de toda la vida. Es lo que tienen las situaciones traumáticas…
Duchita, traje, yogurcito, y a esperar que avisen los bomberos para poderme ir a trabajar.
Aviso. Escalera llena de humo. No se ve nada. El ascensor no funciona. Antes sólo funcionaba para dos personas, pero ahora ya no funciona ni para una. Snif. Me ilumino con el móvil. Bajo. Cuando me cruzo con bomberos amablemente me iluminan un ratito de escalera. Ninguno es el buenorro de mis fantasías. Cuidadín con tocar las paredes que pringan. Salgo a la calle. Voy al metro…

Y aquí me veis, una semana después. Mi casa ya no huele tanto a humo. Puri y Amparo me saludan por la escalera. La anécdota se cuenta entre risas en mi oficina. El ascensor sigue sin funcionar.

Me va a quedar un culito estupendo con tanta escalera.

lunes, noviembre 03, 2008

See the world



(Gómez)


Ha sido un descubrimiento de canción…
Y no sé por qué, no hago más que escucharla una y otra vez…
En cierto sentido, creo que va un poco con el estado actual… así que me la apropio. Por un estilo de vida.
(Y le cedo un poquito a Sa, que está en ello)
(Traducción “on demand”. Si alguien la quiere, que avise y la mando)

Day to day
Where do you want to be?
cause now you're trying to pick a fight
With everyone you need
You seem like a soldier
Who's lost his composure
You're wounded and playing a waiting game
In no-man's land no-one's to blame

See the world
Find an old fashioned girl
And when all's been said and done
It's the things that are given, not won
Are the things that you want

Empty handed,
surrounded by a senseless scene
With nothing of significance
Besides a shadow of a dream
You sound like an old joke
You're worn-out, a bit broke
An' askin me time and time again
When the answer's still the same

See the world...

You've got a chance to put things right
So how's it going to be?
Lay down your arms now
And put us beyond doubt
So reach out it's not too far away
Don't mess around now, don't delay

See the world...






lunes, octubre 13, 2008

Ay, el amor… (Primer capítulo. El crush)

Últimamente, no sé por qué, he tenido varias conversaciones sobre el amor. En mayúsculas y en minúsculas. Mezclado o no con el sexo. Bastante filosófico en cualquier caso.
Y no es que me haya enamorado (¡crucemos los dedos!), sino que, simplemente ha coincidido… conversaciones de chicas (como ese sexo en cork que dice Sa), de chicas y chicos, de quien se enamora y desenamora.
Creo que el otoño es un poco como la primavera. Pero se cae más el pelo…
La cuestión es que delante de una taza de té (o café), o en una parada de autobús, o esperando a que traigan la comida en el restaurante, se pone uno a debatir sobre qué es y qué no es el amor. Cuál es la diferencia entre el enamoramiento y el Amor. Cuánto dura el amor. Qué es lo cotidiano, lo cómodo. Hasta qué punto lo necesitamos. Por qué mezclamos cosas muchas veces. Qué son las mariposas del estómago. Los cuernos. La importancia de la infidelidad. El alcohol… jejeje!
Y hoy he tenido una conversación de esas, y he pensado “claramente momento blog”.
Hablábamos del principio del enamoramiento. Yo lo llamo “crush”.
To have a crush on sb, perder la cabeza por alguien (Según mi adorado wordreference).
Hay de varios tipos, por supuesto.
El "crush" platónico... te gusta, no sabes si le gustas (¿importa?), pero mientras tanto disfrutas viéndole y demás... Es el mítico momento de “gerente buenorro”, “analista bombón”, “amigo de mi amiga que está de morirse”. Creo que es de mis favoritos. Aplicado al curro a uno le anima para venir a trabajar algunos días, la verdad. Rara vez se hace realidad. Al menos en mi caso…
El "crush" no correspondido, te gusta, no le gustas... larga temporada intentando quedar con la otra persona. Te da largas. O no. No te atreves a decir nada. Te planteas el momento de mencionar “tus sentimientos”. ¿En qué punto se pasa de follable a amigo? Mierda, se ha echado novia. Etc. etc.
El "crush" correspondido, te gusta, le gustas... mariposillas, mariposillas... peligro, peligro!
Puede derivar en:
"Me sigue molando". Empiezas a "salir". Todo se tranquiliza más, pasas a las siguientes fases...
"No era como yo creía". Un par de cosas te molestan, de repente no es como imaginabas. Se acaba. De una de las siguientes formas:
a) Bien: los dos están de acuerdo con que no hay futuro. Un tiempo de no verse y luego te llevas bien
b) Regular: están de acuerdo, pero la manera de "romper" es discutiendo. Puedes dejar de verte y no volver a saber nada de la otra persona. O volver a verla y pasar a amigos. O en el asqueroso círculo vicioso de “ni contigo ni sin ti”. El perro del hortelano. Ni come ni deja comer.
c) Mal: no se está de acuerdo. Una parte está dolida... La otra se siente culpable. Nadie se atreve a romper el contacto. Se alarga al infinito. O una de las partes pone tierra de por medio. O novio de por medio. Todo se permite…
En cualquier caso, de todo se sale y todo se supera. Los crushes estos son estupendos mientras duran. Y la mar de agradables.
Es mucho mejor que termine bien, por supuesto (y pasar a la siguiente fase), aunque muchos muy divertidos se quedan como “no era lo que yo creía” y son mejores todavía. Eso sí, si terminan bien.

Que te quiten lo bailao…

jueves, octubre 02, 2008

El Baul de la Piquer

Concha Piquer (Doña Concha) fue una artista de variedades y gran cantante, estrella del cuplé. Se hizo famoso su baúl, donde llevaba todos sus cosméticos y la ropa que necesitaba en sus giras por todo el mundo, y se nombra tanto para indicar que alguien viaja mucho (más que el baúl de la Piquer) como para que en una maleta o armario caben muchas cosas (más que en el baúl de la Piquer).

Mi padre me llama Concha.
En honor al mencionado baúl.
Digamos que he comenzado una pequeña racha de viajes… y cuando paso más de 5 días en el mismo sitio aplaudo! (como se verá más abajo, sólo voy a aplaudir una vez este mes…).
Recordáis el periplo del “la existencia de sobres para meter el dinero que regalas en una boda”?
Nota mental, tengo que terminar de escribir “de Barbados y mi devoción por San Antonio”… que si el de la niebla os gustó, este os va a encantar.
A lo que íbamos. En el mencionado post, comentaba cómo en un fin de semana iba a salir de A, pasar por B a recoger unas cosillas, ir a C, disfrutar de una boda, pillar un autobús a D y por último volver a A.
Bueno, pues esta semana, del estilo. La tabla siguiente indica mi situación de estas semanas…



Donde A es el lugar donde tengo mi “base de operaciones”, E es donde vive mi familia, y C donde tengo el trastero con todas mis cosas. B y D, sitios no habituales.
Contando un poquillo, nos salen 9 vuelos en un mes.
Y estoy “acojoná”.
Aunque sólo sea por estadística:
· Al menos me van a perder la maleta una vez
· Sufriré unos 3 retrasos. Uno de ellos de más de dos horas
· Me cachearán 8 veces
· Me harán quitarme los zapatos 5
· Discutiré con los de seguridad en 6 ocasiones
· Perderé dos libros. Uno de ellos lo volveré a comprar porque las 10 primeras páginas “eran prometedoras”
· Le regalaré a mi madre dos imanes de nevera
Ahí es nada. La mar de entretenido.
Lo peor de todo es que nos vamos acostumbrando y lo echaré mucho de menos cuando deje de hacerlo… Esta sensación aeroportuaria, donde ves a la gente y sabes “quien es quien”. Cuando el de seguridad te saluda en la cafetería. Los famosetes que ves aquí y allá (ayer volé junto a Antonia De’llAtte… o como quiera que se escriba…!!! Solo me falta la Obregón…), las tiendas, las cocacolas a 5 euros, las salas de fumadores para leprosos, los taxistas, la búsqueda de precios en las cremas, la simpática librera que te recomienda novedades, las discusiones con la guardia civil sobre la peligrosidad de llevar bolis en cabina…

Y la ilusión de conseguir puntitos para la tarjeta de fidelización de la compañía aérea. ¿Para qué? Claramente, para volar más.
¿No os habéis fijado en las top models y los actores a los que entrevistas? Todos dicen: “puf, viajar es un peñazo, cansa mucho”.
Pues lo mismo digo yo.
Con unos rayos UVA y un poco de dieta, la Naomi Campbell a mi lado, una aficionada.

jueves, septiembre 18, 2008

Pequeña guía de Estambul

Bueno, más que una pequeña guía, esto es más bien unas “pequeñas recomendaciones”. Para guías decentes sobre la historia de Estambul y los monumentos, cualquier guía vale (para mi gusto, la de time out es estupenda...).

Imprescindibles monumentos:
Sé que la idea es hacer poco turismo, pero ya que vais a Estambul, qué menos que visitar los sitios más típicos del lugar.
Casi todo lo imprescindible de Estambul está en la zona de Sultanahmet, que no es muy grande y se puede echar una ojeada rápida a todo en una mañana.
A saber, lo más típico es:
La mezquita azul: La mítica de todas las fotos de Estambul. Se entra por el lateral de la derecha, al lado de las fuentes donde se lavan antes de entrar. Te dan bolsas para que guardes los zapatos, y la entrada es gratis. En esta no es necesario que las chicas lleven el pelo cubierto, pero un pañuelo grande “por si las moscas” nunca viene mal. Los jardines de alrededor son muy bonitos. A veces se acercan turcos y te lo explican todo... gratis! Cuidadin con los que piden propina después.
Santa Sofía: Famosa en el mundo entero. Pasó de iglesia a mezquita y viceversa unas cuantas veces. Está justo enfrente de la mezquita azul. Estaba de obras (y supongo que seguirá), aun así, merece la pena
El palacio de Topkapi: Puedes estar desde una horilla hasta casi todo el día. Fuera hay guías que te lo enseñan, pero si queréis entrar a verlo, con el mítico telefonillo ese que te va explicando, da de sobra. Se paga entrada, y dentro, aparte, cobran la entrada al tesoro y a un par de museos. En este palacio se tarda más que en los otros. Si has leído “de parte de la princesa muerta”, es un imprescindible. Se hace uno bastante buena idea de lo que fue el imperio otomano.
Las cisternas de basílica: Hay unas cuantas cisternas por toda Estambul, pero las más impresionantes son las que están en Sultanahmet. Cobran la entrada, pero yo creo que merece la pena. Hay carteles indicadores. A mi a la entrada me pareció que eran unos baños públicos, pero luego dentro es súper chulo. Tienen un pequeño bar dentro, con piano. Si tenéis suerte, estarán tocando y es impresionante. Foto con medusa imprescindible!
El hipódromo está justo delante de la mezquita azul, se ve dando un paseo... tiene una columna en medio con una bonita historia... cualquier turco te la cuenta nada más que te acerques (jejejeje!)
Aparte de lo anterior, el palacio de Dolmabahce, que no está en Sultanahmet, no está mal, se ve desde el barquito del bósforo. Si os apetece... la visita guiada la podéis escoger en español. Las alfombras son de impresión.

Paseitos y excursiones por Estambul:
Hay míticas excursioncitas que no hay que perderse... más que nada el barquito por el Bósforo, y los paseitos míticos por el puente del cuerno de oro, por la calle Istiklal... te pongo los que mas me gustaron:
excursión por el Bósforo: Yo creo que mejor que un viaje organizado, merece la pena cogerse el ferry que usan los turcos... es mucho más barato, y para en los mismos sitios que el otro. Se coge desde el muelle en Eminonu (al lado del cuerno de oro y del puente que une las dos partes europeas de Estambul), se compra un billete de ida y vuelta... y a disfrutar!!!! Yo me bajé en un pueblecito enano una parada antes del final, y comí allí en el puerto... la mar de chulo, la verdad. Para también en la parte asiática. Llevad la cámara de fotos, las vistas son estupendas.
Bonita mezquita: Yo hice algo que recomiendo sobremanera... porque estuvo la mar de chulo y es muy descansado. En Eminonu esta una de las mayores mezquitas de Estambul. El viernes es para los musulmanes lo que el domingo a los católicos.... así que el plan estupendo es ir a “misa de doce” a ver como les llaman a la oración, como se lavan y como rezan... Como la mezquita esta en pleno centro, se llena a rebosar, y se quedan en la calle. Justo detrás de la mezquita, en la entrada de oración, hay un bonito parque y el mercado de las especias. Bueno, pues en el parque hay una terraza estupenda. Tu tomas te sentadita y ves como rezan... espectacular.
Torre Gálata: Súper chula. Está cerquita de la calle istiklal, en la zona europea nueva. Subes hasta arriba, te mueres del vértigo, y ves todo el cuerno de oro, Sultanahmet, la parte asiática... todo Estambul, vaya. Para completar la excursión, a la que vas hacia la torre, en lugar de andando, cruzas el puente del cuerno de oro, y detrás del mercado de pescado, está la entrada a una especie de “funicular” que solo tiene una parada, y te deja casi en la entrada de la torre. Unas risas.

Comer...
Bueeeno, la comida turca es bastante típica mediterránea... mucho yogurcito, mucho pepino y mucho kebab!. Hay kebabs por todas las calles. No están mal y además cuestan cosa de un euro, así que, en plan comida rápida, mejor que Mc Donalds...
Detrás del mercado de pescado (cruzando el puente del cuerno de oro, a la derecha), hay un pequeño parque... justo ahí, al lado del mercado, hay un par de tasquitas cutres (invierno, y solo tienen mesas en la calle...) donde se come baratísimo y un pescado para chuparse los dedos, con ensalada y pan... vas, escoges lo que quieres (señalando, claro!), y ellos te lo hacen a la brasa. Se ve bien el sitio porque esta lleno de gatos (juas juas juas).
En el mercado de las especias venden unos frutos secos para chuparse los dedos... totalmente recomendable.
En las calles cercanas a Istiklal, hay un montón de sitios donde fumar nargiles y tomarte un te la mar de tranquilo... horas te puedes pasar allí.
Hay tiendas de dulces por todos los lados... las delicias turcas compradlas al peso, que están mas buenas. Las de rosa tienen un sabor curioso.
Si algún día hace frío, y apetece el mítico chocolate caliente, probad el salep. Es una bebida típica turca hecha con raíz de orquídea. Yo fui en diciembre y me convertí en adicta...
En Sultanhamet, justo enfrente de la parada del tranvía, hay una especie de self service la mar de chulo. Es barato y la comida es buena. Los tomates rellenos están de muerte. Se entra con confianza... solo hay turcos!!!

Comprar...
Mítico Gran bazaar, por supuesto. Tened en cuenta que cierran los domingos. A mi me agobia un poco... Se regatea, se mira, se empuja... El regateo con calma, que siempre bajan. Hay veces que se enfadan y te mandan a paseo, así que no hay que ser demasiado agresivo. Yo termine un día fumando nargiles y tomando te con el dueño de una tienda de zapatos, el hijo y el cuñado, que tenia una tienda enfrente. Tengo unas bonitas botas diesel de imitación que lo demuestran... jejejeje.
La parte mas bonita (y mas cara) para comprar, o solo para ver, es la parte antigua del bazar, que está en el centro. Hay una fuente preciosa, y las tiendas son una pasada...
Alrededor del gran bazar hay un montón de tiendas callejeras... es el paraíso del comprador y el infierno de Yosune, en resumen.

Mítico mercado de las especias... para comprar comida, frutos secos y demás. Merece la pena aunque solo sea para dar una vuelta.
Los domingos en el barrio judío ponen un mercado callejero estilo rastro. Yo me lo pasé muy bien.

También hay tiendas “normales”... como en todos lados. Las cosas de piel y las alfombras salen mejor en esas, fuera de la zona del bazar.

Relajarse...
Aquí solo hablo de los baños turcos, el resto, cada uno lo que le apetezca...
Recomiendo los de Cemberlitas, están muy cerca del gran bazar, y son chulas. Allí te dejan la toalla, las chanclas... todo. Hay que dejarse el pudor en casa, relajarse y disfrutar. Recomiendo un “completo” de sauna, baño y masaje... espectacular...

Salir...
También lo dejo a la discreción de los visitantes. Al final de la calle Istiklal hay una plaza... y alrededor se puede elegir lo que a uno mas le guste. Recomiendo preguntar a turcos, normalmente te acompañan de juerga... unas risas. Por cierto, aunque sean musulmanes, no cambian chicas por camellos... :P

Para la Txatxe, que organizó y "me obligó" a este viaje, mi primera experiencia "de moros". Va por la calma, por la señora pesada que encontramos en el avión, por la guía comprada en aquella tienda de Sultanahmet, por el "amigo" que nos dió la txapa el primer día, por los gays del barco, por cuando nos perdimos en aquellas calles, por las señoras de Vitoria en los baños turcos, por tu paciencia en el tema compras, por el taxista (así se esté atragantando con la comida que se pagó con nuestro dinero!)... por una semana estupenda, en resumen.

Los viajes de Txanogorritxo




Me gusta viajar. Eso creo que lo sabéis todos.
Me gustan los viajes de ver cosas. De ver gente. De ver paisajes.
Me gustan los museos. Tirarme en los parques. Tener el estómago con un nudo porque no controlo la situación. El estrés.

Y en uno de estos viajes, mi anfitrión me preguntó que, todas esas “pequeñas guías” que escribo cuando termino un viaje, o cuando alguien me pide que le diga qué es lo que mola del sitio, por qué no las “publicaba”. “En tu blog mismamente” dijo. Y me pareció una idea estupenda.

Y aquí están.

Todas bajo la etiqueta de “los viajes de Txanogorritxo”. Cada una dedicada a la persona o personas que me acompañaron.

Es un placer escribirlas y recuperarlas, porque, en cierto modo, revivo de nuevo las experiencias. Es como viajar de nuevo…

Desde aquí un agradecimiento inmenso a los que venís conmigo, a los que me acogéis, a los que aguantáis mis manías y mis controles, a los que no os importa que no salga por las noches, a los que me obligáis a salir, a los que soportáis mi puntualidad, mis malas leches y las buenas.

Por vosotros va.

jueves, junio 19, 2008

Internet grandioso... (i)

http://www.ijam.es/

(Ahora que soy "semiapplefan" es de lo más adecuado... unas risas, no lo podéis negar)

lunes, junio 16, 2008

“Such is Life” (que dirían los ingleses)

Hoy es un día de los de granja de pollos. Llevo un par de ellos en menos de una semana… y ¡esto no puede ser! No es posible necesitar vacaciones cuando no hace ni un mes que volví de un estupendo descanso.
En realidad, los dos días han sido más bien de “lentejas” (si quieres las comes, y si no… pues también), y a mí estos días me ponen muy nerviosa.
Así que tenía que decidir si: a) hacer la compra. b) escribir algo. c) ir a casa a tocar la flauta (en el sentido más estricto de la palabra… mis estimados lectores, ¡me la he traído a esta ciudad! Pasa a ser, por tanto y oficialmente, mi casa).
Obviamente, me he decantado por la segunda opción. (También tendré que hacer algo de la primera, porque la nevera tiene telarañas…)
Y, lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando he pensado en escribir, ha sido unas líneas en el Messenger esta mañana.
-- Otro: “es que los chicos están deprimidos, así que les he preparado esto”
-- Yo: “deprimidos? Qué ha pasado?”
-- Otro: “Nada, una pequeña confusión, que ha hecho que tengan que repetir parte del proyecto”
Y me he puesto a pensar en qué pasa cuando en el curro hay una “pequeña confusión” y toca repetir parte (o todo) de lo que estás haciendo. Lo que pasa son horas extras, agobio, agotamiento, juramentos en arameo y lloros (no necesariamente en ese orden). Para deprimirse no suele haber demasiado tiempo. Los juramentos en arameo se hacen a la hora del café, para no perder tiempo.
Así que he pensado en lo que decían en el curso ese “lavacerebros” que tuve hace poco: que las “nuevas generaciones” necesitan mucha más motivación y reconocimiento.
En cristiano: Cuando “nos” éramos pequeños (definitivamente, ya soy vieja), e ibas a una competición de lo que fuera (pongamos natación), al primero le daban medalla. Con un poco de suerte al segundo y al tercero. A partir de ahí, se siente. Si querías medalla, haber ganado.
Ahora no. En las competiciones de natación dan medallas al primero, al segundo, al tercero… y al decimosexto si hace falta. No sea que se vayan a deprimir o algo.
Yo nunca sufrí collejas de los profes (igual porque era un repollo de niña), pero sí recuerdo que en clase había abusones, y marginados, y repetidores, y pelotas, y de todo… al parecer, ya no. A los abusones les denuncian, a los marginados les llevan al psicólogo, los repetidores no existen y los pelotas… bueno, supongo que siempre habrá pelotas. Los pelotas siguen sacando notas estupendas y siguen vilipendiados por el resto de la clase. Eso sí, por lo bajini… que si no se convierte en acoso, y pasan a ser denunciantes.
La cuestión es que hay que tener cuidado. Y dar muchas palmaditas en la espalda.
Pongamos que hay que hacer una “O” con un canuto.
Pues tú te acercas y dices, “hola buenas. Que necesitamos una “O” con un canuto. Cuando la tengas me avisas”. Ya te digo si te avisan…
-- el de la O: “Que ya he encontrado el canuto.”
-- yo: “Ajá”
Diez minutos después:
-- el de la O: “Ya tengo la tinta.”
-- yo: “Ajá”
Diez minutos después:
-- el de la O: “He conseguido el papel.”
-- yo: “Ajá”
Diez minutos después:
-- el de la O: “He hecho la O.”
-- yo: “Vale, ahora necesitamos una I.”
Dos horas después:
-- el de recursos humanos: “El de la O dice que se despide. Que no valoras su trabajo”
-- yo: “¿Lo cualo?”
Normal, la conversación debería haber sido:
-- yo: “hola buenas. Si no es demasiada molestia, me gustaría saber si no te importaría, y te sientes capacitado para hacer una “O” con un canuto. Los canutos están en la estantería A, la tinta en la B, y el canuto en la C. Si no es demasiada molestia, hazme un informe de progreso”.
-- el de la O: “Que ya he encontrado el canuto.”
-- yo: “¡Enhorabuena! Has conseguido un hito intermedio en este importantísimo proyecto. Mereces estos dos gallifantes que te entrego con respeto”
Dos horas después:
-- el de la O: “Ya tengo la tinta.”
-- yo: “Veo que avanzas a una velocidad asombrosa. Y haces tus tareas en tiempo y forma. Tres gallifantes!”
Dos horas después:
-- el de la O: “He conseguido el papel.”
-- yo: “Como bien sabes, este es un punto importantísimo y fundamental para la consecución de los objetivos marcados. Dos gallifantes. Y vamos a celebrarlo con una cena.”
A los dos días:
-- el de la O: “He hecho la O.”
-- yo: “(fuegos de artificio, la banda tocando pompa y circunstancia. Un grupo de animadoras agitan sus pompones con emoción. Papá y mamá han venido a verlo…). ¡Maravilloso! ¡Espectacular! ¡10 gallifantes y una merecida subida de sueldo! Ahora, como estarás agotado, toma unas merecidas vacaciones (pagadas). A tu regreso evaluaremos la posibilidad de hacer una I”
Y así no se deprimen.
Pero, normalmente, las cosas no funcionan así… Normalmente no queda otra que, después de las lentejas, decir “Así es la vida”. Suspirar, y jurar en arameo durante el café. No suele haber tiempo para deprimirse. Y menos para el psicólogo…
Sobre lo de que se despidan, igual hasta salimos ganando…

(A veces parezco tan vieja cascarrabias que me doy asquito)


martes, marzo 11, 2008

Seguridad informática (Parábola de la discoteca y el restaurante)

Frustración.
Eso es lo que sentí ayer por la tarde en el curro, esta vez por algo totalmente técnico, nada que ver con mis agobios usuales de ginebras con pepino y granjas de pollos…
Procedo a explicar el asunto con uno de los ejemplos “para andar por casa” que me caracterizan. (Un día contaré mi metáfora del elefante en la frutería…).
El caso es el siguiente:
Una estupenda persona (a la que llamaremos “Manolo”), quiere asistir a una fiesta privada organizada en la discoteca Omni (famosa en el mundo entero). Es una fiesta la mar de molona y muy recomendada. Le han dicho de buena tinta que la fiesta está repleta de tías buenas, y al parecer es imposible salir de allí sin haber ligado. Manolo se ducha, se pone colonia y desodorante, su traje de los domingos, y se dirige a la discoteca.
Espera un ratito de cola, y por fin le llega el turno. El segurata de la puerta (contratado por la empresa WSDL, enorme cual armario y con muy mala leche) le pregunta el nombre. “Manolo”, contesta nuestro amigo la mar de nervioso. El segurata remira la lista, y resulta que no ve el nombre entre los elegidos para entrar. ¿Qué pasa ahora, mis estimados lectores?
Opción 1 (lo normal, lo que siempre pasa): Portero de discoteca cabreado le comunica a Manolo que no está en la lista y le echa con cajas destempladas.
Opción 2 (la que se escoge en este peculiar caso…): Portero de discoteca, sin inmutarse, se da la vuelta y aprieta un botón rojo en el que se lee la inscripción “destrucción total”. La discoteca Omni vuela por los aires en un enorme estallido de llamas. La gente que estaba disfrutando de la fiesta palma carbonizada. Ya no hay ni discoteca ni fiesta. Ala, a jugar a pala.

Manolo se vuelve a casa sin entender qué narices ha pasado, mientras escucha las sirenas que se acercan de la poli, los bomberos, y los chicos de CSI. “Hospital Central” decide hacer un capítulo de su décima temporada sobre la catástrofe. Los periodistas de los programas de sucesos ya se encuentran en la escena.
¿Qué te parece? La misma cara se me quedó a mi cuando vi lo que pasaba.
Evidentemente, el asunto se denunció pertinentemente (un lío enorme en los periódicos, los bomberos indignados, etc.), y se pidió a los organizadores de la fiesta que arreglaran el problemilla para que se escogiera la primera opción, y no fuéramos quedándonos sin discotecas…
Los maravillosos dueños de Omni comunicaron que la incidencia había sido resuelta. Y aquí llega la segunda parte de la historia:
El sábado siguiente, Manolo decide volverse a dirigir hacia la zona de marcha para socializarse un poco, conocer nueva gente y pasar una tarde agradable.
Como el lugar en cuestión pilla un poco a desmano, coge el autobús para llegar hasta allí. (Debo mencionar en este punto, amigo lector, que el sábado anterior Manolo también utilizó el autobús. Tiene un bono mensual, y sale mucho más económico que usar un taxi).
Esta vez Manolo no va a la discoteca. Después del susto del fin de semana pasado ni se atreve. El amigo va a un restaurante que está al lado.
Bonito paseo en bus, ve la parada al lado del restaurante, y aprieta el botón de “me bajo en la próxima”.
¡Pues va el autobusero y no abre la puerta! Le da toda la vuelta, y le vuelve a dejar en la parada en la que se subió.
Manolo flipa. No entiende nada de nada. Decide llamar a la compañía de autobuses, bastante enfadado…
En la compañía, una amable telefonista le comunica que, como no puede entrar en la fiesta porque no está en la lista de la fiesta privada, no se le permite bajar del autobús. Manolo, indignado ya, responde que él no quería ir a la fiesta Omni, el sólo quería cenar en el restaurante de al lado. La telefonista le contesta que entiende su crispación (nota, ni Manolo ni la telefonista son del PP), pero que no puede hacer nada. Si no está en la lista de Omni, no puede usar el autobús. Que lo tome con "talante" (nota, tampoco son del PSOE).
¿Cómo te quedas? Como diría mi amigo Ángel, “con las carnes abiertas”.
En mi caso particular, soy la dueña de la compañía de autobuses. Aguanto las broncas (normal) de Manolo. Tampoco entiendo muy bien por qué narices Manolo no puede bajarse del autobús a cenar en el restaurante. Por cierto que el restaurante también es mío. Así que encima pierdo una pasta porque no tengo clientes. Y por otro lado, los de Omni me dicen que “así son las cosas”. Que es la única forma de evitar explosiones.
Estupefacción.
A mí (como a ti, amigo lector), se me ocurren muchas formas de evitarlas. Desde tener la fiesta con entrada libre, hasta mi favorita, que es que el portero me diga que no entro y punto.
Pero, al parecer, nada de eso.
No hay manera de que Manolo salga el fin de semana. Así que se quedará en su casa, sin conocer tías buenas, sin posibilidad de procreación, y acabará solo y abandonado, dentro de su casa, sin poder salir ni a dar un paseo por el parque.
Por mi parte, creo que me voy a ir a otro sitio, donde pueda parar el autobús donde me de la gana y pueda tener todos los clientes del mundo en mi restaurante.
Mientras organizo la mudanza, planeo mi venganza.
Estoy haciendo acopio de “Manolos”, e intento abrir las puertas de emergencia del autobús, para que exploten todas y cada una de las discotecas Omni del planeta tierra.
Si alguien pregunta, “yo no he sido”.


Dedicado a Andrés, que aguanta mis cabreos y metáforas. Y, además, lee el blog!

miércoles, febrero 13, 2008

¿Acaso soy vieja ya?

Fíjate que, intercambiando musiquita con un amiguete el otro día, aparece con un disco de un artista desconocido para mí, y al parecer famosísimo para el gran público.
Me pongo los cascos, comienzo a escuchar el “espectacular” LP, y cuál es mi sorpresa de que aparece música de esa “de negros” que ponían en las discotecas inglesas.
Mi cultura musical no es especialmente amplia. Los que me conocéis sabéis que tengo algunos gustos raros, cierta pasión por el folk, afinidad con algunos “cantautores”, y una extraña preferencia por la música impresionista francesa…
(Acabo de quedar de “guay que te cagach!”. Lo sé. Tengo un día egocéntrico. Así que vais a tener que aguantarlo.) (Juas).
La cuestión es que la música esta no estaba en mi radar de “escuchable”.
Como todavía tengo reminiscencias de crisis de 30, decidí que debía culturizarme un poquito en cuanto a lo que escucha la juventud de ahora. Por aquello de que si voy a terminar siendo la “tía guay”, pues habrá que saber qué narices escuchan tus sobrinos, ¿no?
Manos a la obra que me pongo. Con la ayuda de “San Google” me dedico a bucear por la red en busca de respuestas. Esto es como una peli de Indiana Jones, pero en lugar de arca perdida, tenemos generación perdida, y en lugar de carreras, y pruebas difíciles de superar, estoy tirada en el sofá de mi casa, pantaloneta y camiseta vieja, con la tele encendida de ruido de fondo y un té con leche en la mesa. Vamos, que estoy preparada para la aventura.
“Fuentes fiables” (léase la wikipedia), me informan que la música esa pertenece al hip hop. Bueno, eso al menos me suena… Veamos qué es hip hop.
Parafraseando a la wikipedia:
El hip hop es un movimiento popular que surgió entre los años 1960 y años 1970 en las comunidades hispanoamericanas y afroamericanas de barrios pobres neoyorquinos (Bronx, Queens y Brooklyn) donde desde el principio destacaron como manifestaciones características la música (funk, rap, salsa, DJing), el baile (hustle, uprocking, lindy hop, popping, locking) y la pintura (aerosol, bombing, murals, political graffiti).
Si no estás flipando ya, te comunico que yo sí lo estoy haciendo.
O sea, que en realidad estoy escuchando una mezcla de músicas, negro-latinas, DEL AÑO 1960!!! Y mi amigo me llamaba antigua!!!
O sea, yo creyendo que soy una anticuada, y los anticuados son los demás!!!
Y no queda ahí la cosa.
Recordáis al tío de loca academia de policía que hacía ruiditos con la boca imitando cosas. Era bastante gracioso el tipo. Y hacía unos ruidos muy creíbles. ¡Pues resulta que hacer ruiditos con la boca imitando cosas tiene nombre! Se llama beatboxing. Y está inspirado en un arte originario de los mayas. Flipa. LOS MAYAS!!! Del año pum. O pum menos tres. Y me llaman antigua a mi!!!
Las camisetas de desigual (tan chulas) basan parte de sus diseños de la temporada de primavera en la cultura Samurai japonesa. (Ni digo de qué año viene eso). La nueva cocina “de moda de la muerte” sigue usando patatas, huevos y aceite para hacer tortilla. Las revistas de cuando “era más joven” (léase Ragazza, o Super Pop), siguen existiendo, y diciendo la misma sarta de obviedades. Del cine prefiero ni hablar.
Yo sintiéndome fatal, fuera de onda, abuela anticuada con gatos y canarios, y esta gente hizo una pequeña mezcla en los 60, se fijó en lo que hacían los mayas y van de “guays cools”.
Venga ya.

(Como nota a pie de página, mencionaré que el otro día vi un programa en la tele en el que la gente salía a un escenario y les decían si hacían bien lo que hacían (los presentadores daban un poco de grima). Apareció uno haciendo beatboxing la mar de gracioso. Dos hermanos salieron haciendo “un baile belga” que se componía de saltitos y movimientos de piernas en plan los bailes de “Enrique y Ana” de cuando yo era –más- pequeña. Lo estoy buscando en Internet, a ver si encuentro de donde viene… que seguro que es de la época de los cromañones o así…)
(Sí, me había bebido media botellita de vino, por eso estaba viendo esas cosas por la tele).

martes, enero 15, 2008

Ya lo decía mi madre...

http://yalodeciamimadre.blogspot.com/

Esto se puede denominar rizar el rizo... u otra vuelta de tuerca!
Ya me diréis qué tal.
Disfruten...

miércoles, enero 09, 2008

La teoría del puto enemigo (perdón por el taco).

Lo primero de todo, mis disculpas por lo de “puto”. Pero es que la teoría se llama así… Así que, a estas alturas, con más de 10 años de existencia, no le iba a cambiar el nombre por las buenas, sólo porque en “modo escrito” queda un poquito chabacano y soez… Ya sabéis que no soy ninguna de las dos cosas. Y si creéis que lo soy… ¿qué haces leyendo este blog?
La teoría fue creada hace más de 10 años, por mi querida amiga ONG. Estábamos en una residencia de estudiantes de monjas, en la ciudad de San Fermín. Nos habíamos hecho amigas después de que mi noviete del momento me dejara, con medio litro de Häagen Dazs de strawberry cheesecake, en la sala de la tele de fumadoras, que tenía unos asientos naranjas muy incómodos. Por aquel entonces éramos jóvenes (o jóvenas, como diría Reverte…), confiadas, teníamos la vida por delante y, con nuestros 19 añazos, muchísima más experiencia que las novatas de 18, dónde va a parar… (Ahora seguimos siendo jóvenes, un poquito menos confiadas, un poquito más experimentadas, y con toda la vida por delante… ¡que no somos tan viejas!).
Total, que le explicamos a las pobres novatillas los básicos de supervivencia necesarios para la universidad, entre los que se encontraba, por supuesto, la teoría del “puto enemigo”.
Dice lo siguiente “al puto enemigo (el hombre), ni pan ni agua, que nos lleva al puto vicio (el sexo)”. Las chicas se reían, y nosotras decíamos muy serias que había que seguirla. Por aquel entonces, mi compi tenía noviete, así que dividimos nuestros roles. Ella sería la profesora de teoría, y yo la de práctica.
Este papel mío se viene repitiendo como constante… al menos en cuanto a hombres (machos para la autora de la teoría) se refiere. Soy una maravillosa profesora de prácticas de la teoría del puto enemigo.
La teoría no está mal, pero a veces es dura de llevar. Sobre todo con dos copas de más y un guaperas que te guiña el ojo a la que dice “qué haces ahí, morena”. Los guaperas que guiñan el ojo son del club de “destruyamos la teoría”. Cuidadín cuidadín.
Hay muchas otras teorías de producción propia. Van surgiendo a medida que vas adquiriendo experiencia de vida, y suelen depender del momento, de la edad, y de la situación socioeconómica.
Y como el lector medio de este nuestro blog es un treintañero que trabaja más de 40 horas semanales y tiene pollos con sus parejas, o no tiene… pues me vais a entender perfectamente.
Está la teoría del Ikea, que tampoco es mía. Viene a decir lo siguiente: “Para un hombre, acompañar a una mujer al Ikea equivale a una declaración en toda regla”.
Sé que muchos y muchas estáis asintiendo en estos momentos. Pues no. Estáis equivocados.
Como profesora de prácticas, me he puesto a probarla y no funciona… Puede equivaler a otras cosas. A saber:
1. Tengo piso nuevo. Llevo durmiendo encima del colchón 6 meses. He decidido que sería conveniente comprar al menos una sábana bajera. Pero cuando fui a comprarla, resulta que como no sé medidas, compré una que no valía porque era muy pequeña. Así que me llevo a una tía, a ver si ella sabe mejor.
2. Ikea? Anda, pero si yo quería ir a Leroy Merlín!
3. La mejor de todas. Viene mi novia a visitarme. Necesito mejorar mi entorno, y que alguien me diga cómo.
La novia, evidentemente, no soy yo…
Voy a seguir experimentando con esta teoría. Informaré puntualmente de los resultados obtenidos.
Tengo muchas más teorías. Que aplican normalmente a la vida común.
Por ejemplo. “En el momento en el que estás a gusto en una ciudad, cambias de proyecto”. Es una variante de la ley de Murphy, y, con suerte, no os aplica, a no ser que estéis en esta nuestra empresa corporativizadora. El supuesto en negado también funciona (Insertar un “no” delante de “estás” y de “cambias”).
Otra muy buena es la de los músicos. Creo que ya la conocéis. Como es un poco guarrilla, y este es un blog para todos los públicos, no la incluiré.
Si quieres saber cuál es, avísame y te la mando por mail… Para esta debo decir que sí merece la pena ser la profesora de prácticas. Juas.
Y mi teoría favorita. La de “que me quiten lo bailao”. Hace que días como hoy sean mínimamente soportables. Y que pueda mirar las cosas desde un poquito lejos, y partirme de risa. Y comprar un tinto, caro, y un par de velas. Para una autovelada de las mías.
Me gustan las teorías, al igual que me gustan las listas. Hacen la vida más ordenada.
Bienvenidos de nuevo muchachos.
Nos veremos pronto.