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jueves, julio 05, 2007

La existencia de sobres para meter el dinero que regalas en una boda


Este fin de semana tengo una boda.
Es en una ciudad diferente a cualquiera de las que visito habitualmente y no voy con amigos (evidentemente, tampoco voy con pareja). Por tanto tengo, por un lado, que reservar un hotel, y, por otro, hacer un plan de viaje para pasar el mayor tiempo posible en alguna de “mis” camas. (Definición de “mi cama” u hogar: Lugar en el que no tengo que cambiar las sábanas obligatoriamente cuando me voy, y por la que, además, no pago en recepción).
El hotel ya está reservado, y el viaje planeado. Lo del hotel no ha tenido mérito, porque se hace más o menos fácil.
El plan, aunque enrevesado, creo que es óptimo desde el punto de vista de movimiento de maletas y de estancia en hogar. Voy a explicarlo:
Yo tengo un piso en la ciudad A, trabajo en la ciudad B, mis padres viven en la ciudad C, y la boda es en la ciudad D. (por ahora, fácil). Estoy en la ciudad A, porque tengo un curso, que acaba el miércoles. Con lo cual, haremos lo siguiente:
· Jueves mañana: vuelo de A a B, para pasar una noche, así que solo me llevo el pijama y camisa limpia (yuppie total… a veces me doy tanto autoasco…)
· Viernes tarde: vuelo de B a A. Voy a la peluquería (¿Cuánto dura un peinado de peluquería? ¿Llegará a un día? Crucemos los dedos), hago la maleta. Con un poco de suerte, unas cañas tranquilas con amigos.
· Sábado mañana: vuelo de A a D. Bodorrio, risas o lo que sea… bla bla bla…
· Domingo mañana: autobús de D a C. Cañitas con amigos si es posible… tranquilas también. (Con un poco de suerte estaré de resaca)
· Lunes mañana: vuelo de C a B. Currar con normalidad toda la semana…
Suena un poco enrevesado, pero prometo que el movimiento de maletas y los gastos son mínimos.
Bueno… la cuestión es que tengo la boda. Cuando uno tiene un evento de este tipo, se tienen muchas preocupaciones aparte de las logísticas ya mencionadas. El traje, el peinado, los compañeros de mesa (a esto dedicaré un post exclusivo, que da para mucho), y, por supuesto: EL REGALO.
Yo antes era de las de “regalo algo, que el dinero es muy frío”. Eso era hasta que llegó la avalancha de bodas en la que me veo inmersa. Ahora, para pensar en el regalo, matizo…
El matiz viene por la relación con el futuro matrimonio, la cantidad de amigos con el que lo hagas, y el tiempo disponible para buscar un regalo (en la actualidad, 0). Así pues:
· Si son íntimos y el regalo es de grupo extenso (cuadrilla): Dinero + complemento. Complemento es detallito para que echen unas lagrimillas en la boda y luego lo tengan que poner en casa por los restos, no sea que aparezcas de improviso y no veas el cuadro que hicimos entre 15 amigos en 5 minutos con pinturas al dedo. Se le suele denominar también “vaya gracieta que les hacemos, se van a acordar de nosotros por los restos”. (Cuando uno no se pone de acuerdo en la cuadrilla, se queda en dinero + vergüenza… ¡a veces pasa!)
· Si son íntimos y el regalo es de grupo reducido: Algo. Normalmente, algo que ellos quieren/necesitan. Se intenta escoger con los afectados, o sea, el futuro matrimonio, para no hacerles la faena del complemento, porque “algo”, normalmente, es más caro. Dejarse una pasta en una gracieta da nosequé.
· Si no son tan íntimos: Pasta. Punto pelota. Para que nos vamos a comer más la cabeza. Es lo que quieren y aprecian.
Así que, pongamos que vas a ir a una boda, y vas a dar dinerito. También aquí tenemos dos opciones: transferencia o en mano.
Mi favorita es la transferencia, cómoda, limpia, segura, se puede hacer desde la oficina en dos minutos…
La opción de la mano, es mucho más difícil. Veamos… el dinero se mete en un sobre. Correcto. Hasta ahí vamos bien. (A ver dónde meto el sobre. El bolso es demasiado pequeño.) Después… hay que meter algo más en el sobre: una carta, una tarjeta… algo que diga que eres tú el que pones la pasta y tal. No sea que piensen que es de un donante anónimo, y que tú eres un poquito de la hermandad del puño. (Hum). ¿Tarjeta de visita? (No tengo). ¿Una carta en un folio? (Un poco pobre, ¿no?) ¿El nombre en el remite del sobre? (pfffffff). ¿Una tarjetita graciosa con algún tipo de dibujito para firmar? (Eureka!). Así que escogemos la última opción.
Vale, ahora hay que buscar dónde encontrar un sitio con tarjetas. Vamos al sitio típico, y hallamos una estantería llena de postales. Veamos… cumpleaños (de 0 años, de 1 año, de 2 años… así hasta 105 años aproximadamente). Bienvenida al nuevo niño/niña (propio o adoptado. ¡Hay de las dos!). Bautizo, comunión, confirmación (sí, sí… verídico también). Despedidas de soltero y soltera ¡Por fin! Llegamos a las de boda. Graciosas, musicales… y de repente…

¡Aparece!
¡Con portabilletes!
Sí, has leído bien… ¡CON PORTABILLETES!
(Esta gente piensa en todo, está visto, no queda nada por inventar.)
Son unos sobrecitos alargados, la mar de monos, con florecitas, o matrimonitos, o, en mi caso, zapatitos en la portada. Cuando lo abres, tiene una solapita para meter el dinero (¿Cabrán billetes de 500 euros ahí? ¿Existen los billetes de 500 euros? ¿Alguien ha tocado alguno?) Flipante. ¡Es que piensan en todo! ¿En todo? ¡No! Porque cuando abres el sobrecito, en la solapita, aparece un mensajito impreso que dice algo así como: “Os deseamos toda la felicidad”, o “Queremos que lo disfrutéis”, o “Gracias por invitarnos”. ¿Y qué tienen todas estas frases en común? ¡Que son en primera persona del plural!
Y, ahí me tenéis, flipada con el hecho de que existan felicitaciones de boda con portabilletes, y sin poder escoger una porque, como buena single, voy sola a la boda. ¿Qué hago? ¿Tacho “deseamos” y pongo “deseo” encima? ¿Uso tippex? ¿Pongo una reclamación a la cámara de consumo? ¿Decido no ir a la boda?... ah, la duda.
Existen sobres con portabilletes, pero no con mensaje en primera persona del singular. Has organizado un viaje que pasa por la mitad de la geografía española para asistir a una boda, y no sabes dónde poner el dinero que llevas para regalar. En la era de Internet, la gente te pide que les lleves el dinero en mano.
Qué paradojas tiene la vida.
(A modo de postdata, mencionaré que escogí una postalita con zapatitos, lacitos, florecitas y portabilletitos, la mar de lila, en tonos pastel, porque era la única que tenía un mensaje en singular. A veces soy hortera porque no tengo otro remedio…)
(Igual les incluyo un flamenco rosa a modo de complemento. Para que se acuerden de mí…).

3 comentarios:

YO dijo...

SIGO ALUCINANDO CON EL TEMA DE LAS TARJETAS CON PORTABILLETES, DESCONOCÍA SU EXISTENCIA...., PERO YO ME PREGUNTO....DESPUÉS DE DESCUBRIRNOS EL MARAVILLOSO MUNDO DE LAS TARJETAS-PORTABILLETES..., ¿PARA CUÁNDO UNA PASTILLA POST-BODAS? (O POST-JUEVES, O POST-NOCHE DURA, VAMOS = PASTILLA PARA TEMA RESACA). YA SÉ K EN EL MERCADO HAY ALGUNA COSILLA = MIERDAS...TODO PROBADO...NADA.
QUIZÁ PENSÉIS K NO TIENE NADA K VER, PERO YO ME HE VISTO INMERSA EN EL MISMO TIPO DE EVENTO (VIAJE-BODA-FINDESEMANA) Y ES DURÍSIMA LA VUELTA CON LA CONSABIDA RESACA.
DEMASIADO LARGO MI COMENTARIO, ¿VERDAD? ES K NO TENGO JORNADA DE VERANO Y NO KIERO CURRAR POR LA TARDEEEEEEEE
BESOS...

txanogorritxo dijo...

Ja ja ja! Creo que intentaré hacer un post para la resaca... En plan canción para la magdalena. Por ahora lo que suelo hacer es comer cuando llego a casa... cuanto más grasiento, mejor! La resaca es más llevadera... :P

Anónimo dijo...

Pues no sabia que existían esta clase de sobres porta billetes,me ha parecido genial en breve voy a mirarlos que lo necesito para una boda,gracias:-)