Nuevo proyecto, nueva ciudad, nueva oficina, nueva gente...
Parecía que ya tenía todo muy controlado en mi "viejo sitio". Mi vida (o destino, o quizás soy yo!) parece que no permite pasar demasiado tiempo en el mismo lugar, con la misma gente (como en la canción de Maná). La cercanía de la conmemoración de mi 30 natalicio debería haberme dado pistas... Parece que sigo un ciclo de 10 años...
Hemos aterrizado en un sitio con playa... pero de esto ya hablaremos más adelante. Lo que hoy nos ocupa es "el juego de las sillas".
Consiste en lo siguiente: llegas a tu oficina, con el portátil en la mano, y te diriges al sitio que ocupaste el día anterior (tu supuesta silla), y te sientas.
Sacas el portátil, te arrastras por el suelo debajo de las mesas para conectarlo todo, te peleas por una toma de red que funcione con tu vecino, y después de todos estos pasos previos, procedes a comenzar con el trabajo (que ya es hora).
En ese mismo instante, aparece una persona que se acerca a ti, y tú le miras con cara de "te has equivocao, chaval, yo acabo de llegar aquí y no voy a poder responder a nada". Pero se sigue acercando con paso más firme si cabe... y entonces, lo dice: "perdona, pero ese sitio lo tengo yo asignado".
Horror! El juego de las sillas ha comenzado!
Seguro que sabéis cuál es el mítico juego en el que la gente corre alrededor de unas sillas mientras suena la música, y en el momento en el que la música para, se convierte el asunto en un “maricón el último”, y todo el mundo corre a por una silla. Y uno se queda con cara de haba mirando al resto, porque siempre hay una silla que falta…
La frasecita lapidaria supone el fin de la música. La de la cara de haba soy yo.
- “Ah, perdona, que no lo sabía. Es que me dijeron que este sitio era el mío”
- “Pues no, tengo aquí un documento que dice que es mío”
Y lo tiene! Tiene un documento! Tener un documento es… es como tener una bula papal. Y si el del documento encima es del cliente, eso ya es una licencia de corso en toda regla.
- “Ah, pues sí, perdona, ahora quito mis cosas”.
Nuevo arrastramiento para desconectar lo conectado, coges el portátil, cables y demás familias como puedes (con un poco de suerte, ese día no llevas también la maleta), y te diriges al departamento que controla los sitios. Suele estar en una planta distinta… para hacerlo más fácil.
- “Hola, que me han vuelto a echar. ¿Hay algún sitio donde me pueda sentar?”
- “Pues no sé, en cualquier lado que no haya nadie, busca por ahí…”
- “¿Y cuando tendremos sitios oficiales para no tener que movernos?”
(Aquí la respuesta puede variar un poco más)
- “Mañana”
- O “la semana que viene”
Pones tu mejor cara de “sí, sí, claro…” a saber cuándo es mañana... la semana pasada mañana era el miécoles, y esta semana mira dónde estoy. Entonces te vas por la planta a buscar otro sitio libre. Y hacer la misma operación de arrastramiento, pelea con vecino y demás. A eso, ya hemos pasado a incluirle unos rezos de 5 minutos para pedir a la entidad divina que sea (aquí somos la mar de multiculturales, y cada uno llama a lo suyo de una manera distinta… otro día hablaré de la problemática del cerdo en los menús del día españoles…).
El juego se ha llegado a repetir hasta 4 veces en el mismo día. La parte positiva es que ya he pasado por todas las plantas y controlo cuál es la máquina de café que mola, o donde están las salas de formación (sí, amigos, también me he sentado en una sala de formación…).
El juego también tiene sus pequeñas variantes, puede echarte alguien del cliente, alguien de tu empresa con más rango, con menos, alguien externo… También pueden echarte mientras estás en tu sitio, o cuando no estás, y encuentras tus cosas aparcadas en alguna esquina... menos el portátil, que lo has candado a la mesa como declaración de principos de ocupación (Un portátil candado a la mesa es lo que una bandera es a la luna...) Un festival de risas y humor, vaya.
Ahora mismo estoy sentada en la cuarta planta, al lado de la sala que usan para comer.
¿Quién sabe qué pasará mañana? Me han dicho que hoy no me echan…
Ya he hecho la parte del arrastramiento.
Empecemos, pues… “Padre nuestro…”
INAUGURACIÓN EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
Hace 2 horas
3 comentarios:
¡Jaja! Que bueno Yosune, y ademas he sido el primero en comentar algo.
Se parece a nuestros momentos de cortos, cualdo eramos universitarios. Todos armados con palillo en mano, esperando que el camarero posase la tapa en la barra (y con miedo a perder la mano en acto de servicio). Como no pinchases rapido tocaba esperar a la siguiente ronda.
Vale, ya se que no es lo mismo y suena a chorrada (yo soy a si), pero tenia que estrenarme en "Yosunita tiene un blog"
Un abrazo. Zor.
Bueno, bueno, bueno, mi querida y adorable poeta escondida tras oscuras sombras del capitalismo empresarial...era hora de que dejaras correr las teclas por esa peazo inteligencia que posees...propongo temas: lo del cerdo en el menú del día esta bien...¿y el agriculce?...otro y ahora que se acercan las fechas: DECORACIÓN NAVIDEÑA DE SAN FERMIN. Ahí queda...muchas gracias por regalarnos estas palabras que me hacen sonreir. un beso grande...y deja los treinta para otra ocasión...que tú eres young...de heart, quiero decir...cuánto te quiero¡¡¡ñoña que soy, es que soy de letras, no compy-friky-informageniero
Eso lo he visto hace poco, pero en vez de echarlo se fue él solo. Antes era nuestro responsable (ahora está en Polonia) y cada vez que lo vemos lo abrasamos a preguntas, asi que se fue al lugar más alejado de nosotros. Somos unos plastas...
F.R.
PD: Aunque también me suena al juego de "somos cinco y vamos a echar la partida".
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