Buscar este blog

miércoles, octubre 17, 2007

Me paso a la ginebra con pepino (los días de la granja de pollos)


Hay algunos días a los que he empezado a denominar “día de granja de pollos”.
Voy a describir uno cualquiera, para que os hagáis a la idea de a qué me refiero, y terminéis diciendo “sí señor, ese es exactamente el nombre de esos días”.


Suena el despertador a eso de las 7 de la mañana. “Un ratito más, mami”. Y apagas el despertador que invariablemente sigue sonando cada 5 minutos durante la siguiente media hora. Encuentro muy placentero el hecho de apagar el despertador y dar media vuelta en la cama… por eso lo pongo media hora antes de tiempo. Además, así no me despierto con tanta mala leche como es habitual en mí. Va para la lista de rarezas.
A las 7.30 decides que si hay que ducharse, va a haber que levantarse ya. Pereza infinita (como diría Sa). Abres primero un ojo, luego otro. Un pie en el suelo, luego otro. Te arrastras hasta el baño. Te asustas de tu imagen en el espejo. Duchita, te vistes, bla bla bla. Te tomas un kiwi y un café si estás en un hotel, un actimel si estás en casa. Sales hacia el curro.
5 minutos antes de llegar a la oficina, recibes la primera llamada. Reunión urgentísima. No puedes ni pasar por tu sitio y encender el ordenador. Llegas a la sala. La reunión es para discutir un mail que alguien mandó esa misma madrugada a eso de las 2 a.m. ¡Cara de estupor! Yo a las dos estaba en el tercer sueño por lo menos. Te disculpas por no haberlo leído todavía. Alguien te pasa una copia impresa (aquí sólo se lo ha leído el que lo mandó)… Comienza la discusión.
Dos horas más tarde, y tras tres llamadas urgentísimas durante la otra reunión, te diriges a tu sitio, a ver si te da tiempo a encender el ordenador y dejar la americana. Alguien te para en la puerta del ascensor. “Te estábamos buscando, ¿puedes venir?”. Respuesta en voz alta: “Sí, claro”. Respuesta para uno mismo: “alsdkjaqeiefwklfsklskjldfsilsfsl”.
Una hora más tarde, y después de haberte disculpado con la gente con la que tenías otra reunión urgentísima a la misma hora, y que te ha avisado por teléfono porque la han convocado esa misma mañana (recordemos que aún no he pisado mi sitio…), te arrastras a tu mesa y te haces pequeñito para ver si al menos te da tiempo a revisar los correos que te han llegado.
Veamos, si ayer me fui de este antro a las 10 de la noche… ¡Cómo es posible tener 50 correos sin leer a las 12 de la mañana!!!
Vas a empezar a aceptar convocatorias de reuniones, cuando uno de tus chicos viene a ver si te revisaste ya el documento que te mandó hace dos horas. “Pues todavía no… lo miro cuando tenga un ratito y te aviso, ¿vale?”.
Otra llamada. Rechazas dos de las tres reuniones que han aparecido como setas en tu agenda. Vas a la tercera, que no te puedes librar de ella. Pájaros y flores durante una hora y pico. La sensación de pérdida de tiempo es brutal ya.
Comida: con un poco de suerte, te da tiempo a algo más consistente que un bocata. Paras un poco y comienzas a pensar… y llega la granja de pollos. Se define como sigue:
“¿Dan las granjas de pollos para vivir con dignidad?”
Es decir, mando a toda esta gente a jugar a pala, me piro al pueblo a las montañas (no tan altas como las de Heidi, pero mucho más bonitas), me compro 20 pollos y a producir huevos de gallinas felices, y carne de la de verdad, cotizadísima en el mercado. Y cuando quiera discutir, lo hago con mis pollos, que con sus “co co co” dan respuestas la mar de interesantes. Y el día que quiera un poco de emoción en mi vida, cambio de distribuidor de pienso y me hago una tortilla de patatas…
Tras la comida, siguen las reuniones y las llamadas. Ya respondes con mala leche. Aprendes como se dice “a jugar a pala” en ingles (“To playing to spade”, jur jur jur!). Uno de tus chicos se ha llevado un broncón de tu parte por llevarte la contraria y te sientes fatal. Como haya otra reunión sobre pájaros y flores vas a empezar a chillar…
Y piensas en los pollos. Tan felices. En recoger huevos una vez al día. En la emoción de los huevos de dos yemas… Definitivamente, tiene que dar para vivir con dignidad. Y si no da, pido a la puerta de la iglesia, que por ahora no tenemos pobre oficial en el pueblo. Lo que sea porque no vuelva a sonar el teléfono.
19.00. Hora oficial de salida. Por fin llegas a tu sitio. La cantidad de correos que han llegado es inefable (ya mencioné lo de la RAE ¿no es cierto??).
A las 20.30 has respondido a los correos urgentísimos. Y estás agotado. Y de mala leche. Pensando en pollos sin parar… ¿De qué color pintaré la verja? ¿Pondrán mis gallinas huevos blancos o morenos?
Pero, amigos, siempre queda la esperanza…
Alguna que otra alma que ha sufrido un día de granja de pollos decide irse contigo a ahogar las penas en alcohol. Hoy voy a cenar… de primero, vino blanco. De segundo, vino tinto. De postre, un copazo.
Y acabas con otros tres, en un bar-restaurante la mar de “cool” donde ponen música de jazz, mirando una carta de pasta, ensaladas y bocadillos. Cuando se acerca el camarero a ver qué queremos beber, decidimos que tres havana 7 con cola y una ginebra con limón es lo más adecuado para acompañar tanto la pasta al pesto, como el bocata de jamón.
Y resulta que el camarero es un apasionado de la ginebra. Y te encuentras probando una ginebra de color azul de verdad. La mar de rica, por cierto.
Después de la segunda copa, ya se siente con ánimos como para proponer el último grito en ginebra: gin tonic con pepino. Y la pruebas. Y descubres que está rica. Y claro, pides otra más.
Y llegas al hotel a eso de las 2 de la mañana (seguro que alguien está mandando un mail en estos momentos…), con una chispita increíble, haciendo una reconciliación con la vida basada en la ginebra, y pensando en cada uno de los nombres que vas a poner a cada una de tus gallinas. Por supuesto, has decidido que nada de carne. Vendes huevos y que se mueran de viejas… que disfruten de una vida gallinil plena.
Y si le da a uno un ramalazo de meterse en berenjenales, y pretende dejar los pollos para dedicarse a algo más emocionante, hay que tomarse dos ginebras con pepino y decidir que el cultivo del champiñón es lo más adecuado que se puede hacer para conseguir sensaciones nuevas…

7 comentarios:

Edu dijo...

Yosu, me ha encantado.
Es la 1am y sigo en el curro, así que tras esta reflexión lo tengo claro: la verja azul, y Pepi, Luci, Bom y otras más p'al montón.

txanogorritxo dijo...

Je je je!
En mi caso, la verja es roja...
Los nombres había pensado en por orden alfabético, como en 7 novias para 7 hermanos, pero en chica:
Ana, Bárbara, Claudia... :P
Me alegro de que te gustara.

Anónimo dijo...

jejejeje!
creo que me voy a la finca del al lado de tu granja a hacer vino casero para tomarnos antes de la ginebra con pepino! imagino que con pepinos de nuestra huerta estará más rica!

YO dijo...

ME HA ENCANTADO TU POST, TODAVIA ESTOY SONRIENDO...HE TENIDO DÍAS ASÍ...PERO, ME ACABO DE DAR CUENTA (BUENO, ME HAS HECHO RECORDAR) K YA NO LOS TENGO...
LA VUELTA A LA PEQUEÑA CIUDAD Y DEDICIR NO IMPLICARME (MAS DE LO NECESARIO-LA EMPRESA NO ES MÍA: REPETIRLO EN ALTO!!)...ES GENIAL, PERO ASÍ TODO, MI VERJA ES BLANCA....
BESOS, Y SIGUE ASÍ...

YO dijo...

SE ME OLVIDABA....

EL TEMA DE LA GINEBRA CON PEPINO ES CIERTO??? ASÍ A PELO??, SIN KAS DE LIMÓN, NI TÓNICA, NI NADA DE NADA???

NECESITO MÁS DATOS PARA SU PREPARACIÓN EN CASA...

txanogorritxo dijo...

Me encanta!!! Cuantos comentarios!
- Ex-Srta Paola, apunto lo del vino casero. Aunque que conste que esto empieza ya a sonar a multinacional de la alimentación... y eso huele más que a pepino, a berenjena... je je je!
- A la amiga de la verja blanca, a ver para cuando la siguiente visita, y te preparo yo misma la ginebrita con pepino... Incluye tónica, por supuesto. A pelo nos tomaremos la azul, que estaba la mar de buena. (Ya sabes que el alcoholismo es un paso necesario para descorporativizarme... :P)

Anónimo dijo...

Cosas que tiene la vida.

Entro por primera vez en este Host y me sorprendo de lo bien que escribes. He leído todas las publicaciones del blog y a dado momento he estado a punto de alcanzar un orgasmo (sí, en cuanto a cosas raras es posible que yo te gane - o por lo menos me quede cerca - y me excito cuando descubro buenos escritos en los sitios más insospechados). He tenido que consultar el diccionario 3 veces, algo que nunca me había pasado antes en cualquier otro blog. Me animo a mi mismo pensando que se debe a haber nacido en otro país y me hago la picha un lío con los idiomas. De hecho, cuando he leído que habías descubierto que onomastica se escribe sin "h", lo primero que me vino a la cabeza fue "¿y que cojones será la onomastica?". ¡Increíble!

También he descubierto que tenemos mucho más en comun de lo que yo creía. A mí también me gusta emborracharme para estabilizarme emocionalmente, me gusta estar media hora por la mañana haciéndome el remolón en la cama (si hay buena compañía, más), he pensado varias veces en dejarlo todo e irme al pueblo a vivir de la tierra - y a ser posible hacer mi propio vino, igual que mi padre (el color de la reja para mí es lo de menos) - y también me gustaría hacer el curso de besos de tornillo (me acabo de acordar que al final he consultado 4 veces el diccionario pero "beso de tornillo" no venía, por eso no lo he contado) y sufro con mis pasiones platonicas a la vez que escasean las no-platonicas. ¡Y todo esto lo he descubierto en la media hora que tardé leyéndolo todo!

A partir de ahora tendrás aqui otro lector y fan incondicional a la vez. Aprovecharé las pausas que tenga (cada vez más escasas por cierto - un día lo dejo todo y me vuelvo al pueblo) para echar un ojo a lo que hayas escrito.

¡Magnífico!

P.D.: Suerte con el amor platónico, quien sabe si el día menos pensado consigues ese curso de besos de tornillo. ¡No desistas!